lunes, 22 de diciembre de 2008

Onomástico


Cumplir un año. Darle una vuelta entera al calendario y volver al punto de partida.

Yo solía regalar para los cumpleaños un poema de Benedetti. Onomástico.


Hoy tu tiempo es real/nadie lo inventa/

y aunque otros olviden tus festejos/

las noches sin amor quedaron lejos/

y lejos el pesar que desalienta


Tu edad de otras edades se alimenta/

no importa lo que digan los espejos/

tus ojos todavía no están viejos/

y miran/sin mirar/más de la cuenta


tu esperanza ya sabe su tamaño/

y por eso no habrá quién la destruya/

ya no te sentirás sólo ni extraño


vida tuya tendrás/ y muerte tuya/

ha pasado otro año/ y otro año/

le has ganado a tus sombras/

aleluya.


Anoche yo quería ser el sol. Quería que todos ahí brilláramos como soles. Y otra vez fue jugando como nos fuimos encendiendo, una manga de crotos arremangados y en chancletas haciendo música de contentos. Sí fuimos soles. Nos dimos lujos tan imperdonables como mirarnos todos a los ojos y estar sonriendo.

Estoy cumpliendo año en éste mismo momento. En éste día en que nace el verano y mi futuro es gloriosamente incierto, tan incierto como el amor y como el cielo.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Poema con declaración

Qué clase de mujer anaranjada
que enrojece cuando toca
o canta
baja santo y se obnubila
con un placer extraño de romperse en mil astillas
y encenderse
enamorada de ella y de todos
se sana sana
y enciende chispas.
Porque el amor es tan contagioso como el miedo
pero es mejor.


Yo no sé si ésta costumbre mía de mirar al mundo con tanta fe es lo correcto o no... pero qué bien se siente.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Conversación telefónica con mi amiga NN el miércoles a la noche practicando alpedismo.

NN: -..estoy sin internet.

Yo:- ¡Dejáte de joder de una vez y pagá ese maldito cable!


NN:- No, si me hicieron un quilombo.. hace un mes que no tengo servicio y me lo facturaron.


Yo:- Llamá..


NN:- Ya estoy podrida de pelearme.


Yo:- No te pelées.


NN:- ¿Y cómo hago?


Yo:- A mí me hicieron un quilombo en la facturación desde el principio. Cinco meses me tuvieron. Me hice amiga por teléfono de todos los pibes, les dí pena, "yo ya sé que cobrás dos mangos y no tenés nada que ver, pero yo estoy sufriendo" les decía. No solamente me devolvieron la promoción, además me dejaron la cuenta en cero. Y después llamé para felicitarlos. Pobres pibes, tienen un laburo de mierda..


NN:- Noooo, a mí no me saale, yo no puedo, yo...


Yo:- Sí, sí, negra, ya sé que estás sola, deprimida y además tenés hemorroides, pero sentáte en un almohadón de ése con agujero en el medio y llamá, vas a ver que vas a estar más relajada. La vida no es según el cristal donde se mira sino el almohadón donde te sentás a mirar. ¡¡¡Pero mirá las frases célebres que estoy soltando y no tengo ni una birome que funcione para anotar!!! Juaaaaaaaaaaaaaaaaaa


NN:- ¡¡Lo llegás a poner en el blog y te mato!!


Fin.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol..(parte nueve):"Un ensayo bizarro"

Hay días en que todo me resulta increíble. Me hablan los locos, la gente responde en voz alta mis preguntas mentales o todo parece funcionar al revés.

Hoy, al llegar al galpón, me encuentro ahí adentro con el mismísimo Fary, un gnomo, un duende malo, un loco talentoso que toca la gaita en el tren. Seba lo invitó a tocar una marcha escocesa con su bloque y quedó adoptado.


Fary anda con una valija de la que salen trompetas, armónicas, quenas, flautas celtas, gaitas y piernas de muñecos. Es un exú que no deja de mover las olas de la energía que lo rodea ni un minuto. Montó una mesa, un micrófono y todo el tiempo sonaban vientos entre las voces, las cuerdas, los tambores. Eran burbujas. El pibe que vino a arreglar las luces encendió los focos para probarlos se armó el juego y todo se trastocó.


Entonces la indisciplina corrió por cuenta de Dani que no dejó de masticar papasfritas y buscar que lo hiciera reír, las letras me las olvidaba yo, Noelia se reía, Javi me enseñó los golpes del timbal, Germán casi mata a Fary, Seba estaba como loco compenetrado en su campana y sus timbaletas, Raulo se enojó de repente, los temas salieron, y creo que Pol no pudo creer el haber vuelto a enredarse con nosotros, malditos chilingos, y las dementes y ampulosas empresas en las que nos embarcamos para divertirnos como chicos. Querido Pol, no podría haber banda sin tu talento y tu paciencia, que sé que no es infinita pero es elástica.


Y como un murgón desordenado huímos casi al unísono a seguir jugando a ser grandes ahí afuera del galpón.



..el cielo que se cae deshecho en agua.


Llorar.

Llorar por todo.

Por las ausencias, por las traiciones, por las demandas, por no tener un millón de brazos para tanta necesidad de caricias, por la tierra, por las lágrimas de mi hija, por el silencio de mi padre, por la crueldad, por los demás.
Llorar por la emoción que me provoca la música, por sentir cada día en algún momento la energía del amor atravesarme desde unos ojos pequeños, desde unos ojos adultos agradecidos, desde unos ojos.
Llorar por los errores, por los aciertos, por el tiempo perdido.

Llorar por los amores todos, los que no fueron, los que se fueron, los que dejé, los que no podrán ser, los que vienen, los de otros, los que se acaban, los que comienzan.

Llorar por la injusticia, por la impotencia, por la desigualdad, la lucha, las soledades, por las tristezas, por la falta de oídos y de palabras, por los rencores, por la infancia perdida.

Quedar vacía.

Y de a poco, otra vez, volver a creer.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol..(parte ocho)"Todos detrás del gran Peter Pan en la tierra del Noparamosmasnunca."

Sábado 13 de diciembre. Fecha doble. Primer round, costanera sur, anfiteatro, precediendo el show de Spinetta. Segunda situación, doce de la noche, galpón de Saavedra. Muestra.

Cuatro y media de la tarde, encaramada en unas sandalias demasiado altas, el micro chilingo y yo avanzamos frente a frente hacia la misma parada. Arriba es un quilombo, por supuesto, y yo me trepo. Allí está la tribu de los niños perdidos.

Dani está sargentón y quisquilloso, lo que puede resultar muy mal o muy divertido. Noto rápidamente que no hay que contradecirlo. Cuando diez minutos antes de la prueba de sonido me presenta a dos cuates de Calle 13 y me pide que hagamos los coros en una zapada que se le acaba de ocurrir, decido que por el bien de la humanidad le daremos para adelante. Y que sea lo que dios quiera, como siempre es en nuestras fechas (malditos jipis...).

Primer tema, cambiado dos minutos antes de subir, nadie está muy seguro de lo que debe hacer, sale flojito. Segunda canción, zapada, se lucen los chicos y armamos un lindo coro, más gozadito. Tercer tema, Ilé Aié, sale, sale. Y con el Iansamba me baja santo y quedo como Grace Jones enjauladita entre los monitores del retorno. Lindo. Creo que es el que más nos gusta hacer, va subiendo en intensidad en cada vuelta, corre y explota. Final de show: cagada a pedos de Dani al Bloketón por micrófono en el último toque. Uh..

Queda una fecha más, cierre de la muestra en el galpón. Hay que reivindicarse. Vino Vero Batuqueira, se arma. Están los chicos de Calle 13, buena señal. Los grupos que muestran están bien armaditos, con canciones lindas, con cantantes. Intento un foco de insurrección tratando de convencer al bloque de que cuando el pelado tire llamada salgamos con otro toque y otra canción para darle una cucharada de su propia medicina, pero no logro más que desafíos a que yo lo haga. Cobardes .

Salimos con E d'Oxum, el iyesá con pandeiro, allá el bloque, acá en filita los cantadores, la gente sentada ahí cerca. Graciela que se asoma, Álvaro que nos saca fotos como en un acto de la escuela, Amadeo que ya pilotea nuestra desprolijidad con los micrófonos, ya me empiezo a prender fuego, cierro los ojos, muevo los hombros, miro a los tambores. Estamos cantando en casa. El ruso que me viene a dar un abrazo con la birome en la oreja y el repasador, agarra una campana y se mete en el fondo a tocar porque no se aguanta, y en el medio Tomi que lo mira, Dani que se ríe, y nosotras esperamos en el banco hasta que nos dejen entrar de nuevo a jugar. Y hasta parece ensayado que entro bajito cuando los tambores bajan, hay fuerza y hay climas. Y en el último Iansamba de la noche, como el maratonista que ve la cinta del final y pone toda la carne al asador, levanto el pañuelo del desafío, hago justicia, le hago un cambio de micrófonos a Seba y salto allá, a lado de la batuta del timbal, al medio de los tambores, a cantar como poseída mientras pienso que no puedo creer lo que estoy haciendo pero qué felicidad. Salto, bailo, los miro, me río, me agacho me doy vuelta. De éso me recargo y sigo, cicatrizo, sano.

Y me siento una Wendy volviendo en taxi a dormir a casa mientras ellos siguen rodeando las estrellas en el micro de vuelta a Coronado.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Crecer



Hoy egresaron de la primaria mis niños de sexto grado. Hoy mi nena, mi china, vistió gorrito negro americano junto a sus veintiún compañeros para egresar un poco de su infancia.


Uno por uno los ví subir precedidos por fieles descripciones de ellos que hicimos sus maestros. El galán, la que está llena de música, la enamoradiza, el karateka, el bohemio, el estrella de rock, la negociadora, el pacifista, la ecológica. Los ví proyectos de adolescentes, tan altos, tan hermosos. Lloré a moco tendido y ellos me miraban enternecidos como yo a ellos, y nos reíamos juntos de mí.


Todo el día estuvimos todos de fiesta, bailando en patas por los salones, por el pasillo, los chiquitos aplaudiendo, las maestras desfilando, todos comiendo porquerías y firmando remeras. A las cuatro y diez subieron ellos desde el patio corriendo por las escaleras, se pararon en mi puerta y Ramiro dijo: "¡Es la vuelta olímpica!¡Nuestro último recreo en la primaria!". Dieron una vuelta corriendo al pasillo y al pasar todos por mi vidriera me saludaron con las manos como hacen todos los días. Los ví lindos, los ví felices, los ví agradecidos, los ví llenos de amor. Ya vendrán el año próximo con sus cortes floggers, sus voces agravadas y sus miles de collares y pulseras a pedirme tecitos y abrazos, a buscar un poco de la infancia que irán perdiendo y que yo me quedo.


Tienen razón cuando me dicen que un día me voy a deshidratar. Todavía no puedo dejar de moquear.


martes, 9 de diciembre de 2008

Reflexión algo teñida de una leve indignación después de estar pensando un rato en algunas cosas.

Hay cosas que no se hacen. Definitivamente, sin discusión. Hay cosas que lastiman, que joden, que perturban y no son necesarias.

Hay que aprender a detectar en la gente ese gérmen, eso que puede crecer y convertir al que era tu mejor amigo en el tipo que te debe veinte lucas y no te atiende o al amor de tu vida en el que te dice en la puerta del civil "perdonáme, pero no puedo."

Hay códigos. A veces no es muy claro lo que sí, pero definitivamente tiene que respetarse lo que no. Para que una tribu funcione, ya sea la de tu banda de rocanrol o la de la puta oficina, hay códigos que se deben respetar.

A saber:

Comerse al novio de una amiga por más que esté increíble y sea además un caballero y sea bueno y sensible y te tire onda y jure que nadie se va a enterar, está mal.

Subirle el calefón llena de odio después de una discusión mientras el tipo se está bañando, aunque sea un acto total de justicia porque es un cuadrado con el que no podés razonar, está mal.

Histeriquearle al tipo que le gusta a tu amiga, que desde que se separó hace un año nunca había mirado a nadie, está mal.

Usarle la taza a González y dejarla el viernes a última hora sin lavar, sabiendo que seguramente el lunes tendrá flora y fauna y estará inutilizable, está mal.

Disfrutar porque a tu amiga no le entra la ropa y a vos sí, está mal.

Dejar tirada por ahí la masa que pediste de rodillas porque sos un ganso y te olvidaste las tuyas y sin masas no podés tocar y que alguien te prestó gentilmente confiando en tu promesa de cuidarla y no perderla, está mal.

Entongarte con un muchacho y no responder los mensajes de tus amigas por mes y medio no es tan grave y es hasta incluso comprensible y perdonable, pero está mal.

Ser el bobina que toma toda la noche del vaso de los demás y nunca paga un ferné, está mal.

Soplarle la mina a tu amigo y justificarte después diciendo que era una trola y te tiró los perros toda la noche y vos no podías quedar como un boludo, está mal.

Morfarte a una minita adelante de tu otra minita, aunque estés completamente borracho y no tengas con ninguna más compromiso que saludarlas cuando las ves, está mal.

Es decir, cualquier persona que entre en alguno de los ejemplos arriba mencionados, no es de fiar. Y nadie intente convencerme de lo contrario.

3º llamada de candombe en San Telmo, diciembre 6, 2008. Comparsa femenina Iyá Kereré

Una manada, una aldea, un conventillo. Somos comadres que cambiaron en tambor sus palanganas y se arriman a despertar al barrio de su siesta. Olemos distinto de las otras, y entre nosotras hay maravillosas diferencias que nos aúnan en un aroma mismo. Están las madres, las guerreras, las sutiles, las bellas, las hermosas, las esposas, las que aman, las novias, las madrinas. Hay Yemayás que acunan el candombe lidiando con Iansás que sacuden las olas.
Dueñas de los tambores, del latido y de la música. Reinas felices maravillando a la gente con su osadía de hacer lo que les da la gana, dejar a los chicos con la abuela, llamar a su mejor amiga y salir a partirse el cuerpo de goce tocando dos horas por la calle atiborrada.

Mujeres que se ríen, que abrazan y besan cuando saludan, que ponen el corazón todos los días en todo lo que tocan, que lloran y putean, que les duele lo mismo, que no entienden, y que en vez de sentarse a llorar sacan por las manos una alegría que hace difícil no dejarse llevar. Y las cosas entonces parecen menos terribles. Y hasta pueden convertirse en una carcajada al final del día en una mágica terraza de La Boca.

La gente no se aguanta mirarnos desde lejos porque algo emanamos cuando tocamos juntas. Nos rodean en la calle y andan formando parte de nosotras, saltando a desarmarse bailando cuando abrimos la ronda.
Después de tocar con ellas en cada llamada, quedo una semana entera como enamorada.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Conversaciones de un miércoles de madrugada.

Jugar. Hacer algo sabiendo que no es real, que no es útil, que no es lógico, pero hacerlo porque provoca esa alborotadamente gozosa sensación de aleteos en el estómago. Jugar a creer la fantasía, a inventar en la cabeza una realidad distinta

Jugar cuando no importa ganar o perder, porque lo importante es correr como loco con el sol en la cara atravesada por el ecuador de la sonrisa abierta y agitada. Jugar a tomar el té y ser otra distinta de la que soy, ser viento, ser aire. Andar en bicicleta con ojos de explorador, sorprenderme en un minuto fuera del tiempo viendo el plumaje índigo de una golondrina en plena vereda.


Jugar a cumplir las absurdas reglas de una mancha, a repetir lo que Simón dice, al cigarrillo 43, a la escondida bancándose como una leidi que alguien pique para todos los compas y tener que volver a contar.


Nuna había vergüenza al jugar. Hablábamos un sonido chicloso que nos sonaba a inglés, imitábamos a la maestra, éramos por un rato la encarnación misma de Diana Prince o una actriz famosa llorando adelante del espejo, o la mamá de la nena de enfrente, o un perro feroz con correa de piolín. "Oye, te mataré si lo haces de nuevo!" gritábamos en dudoso castellano neutro en plena vereda. Y el mundo era nuestro.

Lo primero que se olvida al crecer. Jugar. La vereda, las rodillas con tierra, la bicicleta, las bombitas, la mancha, son encajetadas con el paso del tiempo en inútiles muletas de diseño como el TEG, las cartas o en el más osado de los casos, una playstation. Toda ortopedia barata que jamás reemplazará eficientemente la delicia de saltar al elástico, andar en patineta o hacer reír a las estatuas para que pierdan.







jueves, 27 de noviembre de 2008

La bruja que mira el magma

Semilla rara la de fin de año. Todo brota o todo explota. Los proyectos tambalean a manos de la velocidad de cierre de diario que matiza las cosas.
Ronda en el galpón. Alguien dice que tenemos que saber hacia dónde vamos. Me cuelgo de esa frase como de una hamaca. Nunca sabremos para dónde vamos, nos llevará el agua, o el viento. Yo misma no sé cómo es que llegué hasta acá, a tantas felices horas de música, de niños, de hija, de madre, de hermano, de amigas, de gente linda que aparece y aparece, de ciclos que se cierran y comienzan.
Hay que quererse mucho para perder juntos el tiempo como intentamos hacerlo. Hay que aprender a jugar el mismo juego de la generosidad y el disfrute porque sí.
Pienso que cuando somos chicos es más fácil andar en grupo, es placentero. La amistad surge fácilmente porque todavía somos ingenuos, que es una condición fundamental para el amor. Es más difícil ahora que ya tenemos más años, que ya bebimos el jugo de alguna traición.
Los miro. Miro sus gestos, lo que no dicen, lo que quisieran decir. Recorro el círculo buscando una respuesta.
Con algunos siento que lo logramos. La risa brota fácil y reiteradamente; otros ojos expectantes buscan un hueco por dónde entrar. A algunos les tengo fe.
Y mientras la charla sigue, entrecierro los ojos y me imagino las luces, la gente, la música, la risa, la felicidad.
A ver quiénes se animan a jugar a ser una banda de rocanrol..

martes, 18 de noviembre de 2008

Iyá Kereré en El Son de la Tierra 15.11.08

http://es.youtube. com/watch? v=3BEPLG2QZhU&feature=channel

Milagro

Los niños, por ser niños, tienen un olfato primitivo que los ayuda a detectar ciertos olores, como el del amor y el de alguna emoción profunda.

Ayer yo estaba un poco triste. No por una anécdota en particular, si no por esa imposibilidad mía de entender la maldad que me hace sentir siempre tan desconcertada. Estaba triste y en un campamento a cargo de sesenta y ocho peques de seis y siete años.

Como me pasa siempre que estoy triste, se me dió por limpiar, y me pasé la mayor parte del tiempo anidando en la cocina, preparando jugos, salsas y sanguchitos y lavando platos, ollas y jarras con frenesí.

Llegó la noche, el momento de dormir, un revuelo de enanos de cara sucia y manos de témpera, y yo salí gallina a lavarnos todos patas y dientes para ir a descansar. Abrazados ellos a sus osos, perros, patos, payasos y mínimas almohadas con dibujitos, uno por uno les fui rascando las espaldas mientras les cantaba Peixinhos do Mar y los peinaba porque extrañaban a sus mamás. Todos querían dormir cerquita mío, entonces mi bolsa estaba en el medio del quincho y ellos desparramados más cerca, más lejos, en sus bolsas de princesas, en sus frazadas, en sus lonas. Cuando por fin se durmieron y los maestros nos repartimos en durmientes y vigilantes, embolsada en el piso, apoyé la cabeza en mi brazo; cinco manos diminutas, las sentí venir, se me posaron como mariposas. Y no pude menos que llorar y sonreír. Ellos habían sabido acompañar todo el día mi pena sin decirme una palabra, sin reclamarme nada, y ahora me susurraban algo como un pedido, una pequeña esperanza, no estés triste. Y cómo seguir triste si sé que, de alguna manera, yo colaboro para que sean felices..

domingo, 16 de noviembre de 2008

El corazón es un músculo elástico.

Nunca hay que dejarlo afuera de lo que se hace. Hay que ejercitarlo. Un corazón sin elongar se rasga en el paso en falso, se desgarra, puede llegar a reclamar la muleta del marcapasos.
Hay que sacarlo a galopar cada vez que se pueda. Las torceduras y los esguinces le van templando el carácter y lo vuelven más flexible.
Si le agarra el reuma del miedo, estamos al horno. Para evitarlo tiene que arriesgarse.
Yo tengo una marca nueva de dolor en los ojos. Y éso hace que mi mirada sea un poco más profunda. Pero mi corazón sigue entero. Y no es de plástico.





sábado, 15 de noviembre de 2008

Correspondencia anaranjada




Viernes 14 de noviembre, 11:42 am
de: garombolforte
para:Nati Lafón
asunto: yo soy feliz...

"El hombre corriente se preocupa demasiado por querer a otros o por ser querido por los demas. Un guerrero ama; eso es todo. Ama lo que se le antoja o a quien se le antoja, sin mas, porque si. "

Don Juan; ( Una Realidad Aparte)


de: Nati Lafón
para: garombolforte
asunto: yo también soy feliz

"Hubo días en los que me levanté y todo tomo una rutina carcelaria, solo por costumbre, la nada misma, encerrada en mi, siguiendo el curso de las horas.
Pero un día desperté de un sueño, una pesadilla que me dejó un sabor amargo en la garganta y en mi pecho un agujero.
Al levantarme de mi cama, intenté comenzar mi rutina con ansiedad, solo por costumbre, y algo en mi no me dejo hacerlo.
Derramé lagrimas, lloré la muerte en todas sus formas, saqué y saqué todo lo oscuro de mi hasta sentirme inmortal, me ví viva, mujer, con luz, grande, amada...
Otra puerta se abrió, tenía un cartel que decía..."La paciencia es el poder del guerrero". Don Juan.
Un camino nuevo apareció ante mis ojos, ya sin ansiedad, sin angustia, comencé a recorrerlo, y como una hazaña del destino, con la energía hermosa que va vibrando a mi alrededor de gente bella que me acompaña, hoy encuentro este cartel...
"El hombre corriente se preocupa demasiado por querer a otros o por ser querido por los demás. Un guerrero ama; eso es todo. Ama lo que se le antoja o a quien se le antoja, sin mas, porque si". Don Juan."
Te Amo amiga!"

Me fui de casa a tocar rocanrol..(parte siete)

En este momento, en una de sus partes, mi vida está atravesada por una drástica frontera que cruzo permanentemente cada sábado y cada martes a la tarde.

Después de cargarme el sábado con la energía de las 30 mujeres candomberas en la ribera de La Boca, con el maravilloso andar de tantas polleras que forman una manta sutil, que arrastran algo en la gente que les hace parar los autos para ver, soy cada martes la única que porta tetas en el ensayo de la banda. (Gente de chiste fácil, haga el favor de abstenerse en el sector comentarios.)


Noelia se hizo humo. Levó pandeiro y me dejó como una Mimí Maura solitaria, sin nadie con quién charlar acerca de los dolores menstruales.


Y entonces me pasa que al rato de estar ahí, rodeada de ésos seres que pueden ponerse impúnemente en cueros para soportar el clima de microondas que yo tolero con estoicismo mientras me deshidrato lentamente, siento lo mismo que cuando me cuelo en el picadito de los varones en el patio de la escuela. Una sensación de vereda a la tarde en octubre, de rodillas raspadas y moños en la cabeza, de ése respeto en sus masculinos ojos cuando en segundo grado salvé a Manuel Gómez de la penitencia, de mi papá mirándome arrobado, de jugar a ver quién escupe más lejos, de trepar al gomero de la puerta, de mi amigo Javi llorando por ella en mi falda, de mi desconcierto cuando se perdían mi carambola de pool en el bar de Lacroze por estar todos mirando un culo en otra mesa, de lo cálidos que se ven cuando los hago reír riéndome de ellos cruelmente.


viernes, 14 de noviembre de 2008

Plegaria



Que cada vez que nos encontremos sea realmente un encuentro.


Que siempre quede un espacio de tener ganas de verte. De verme.


Que te haga feliz verme feliz y a mí lo mismo.


Que decir tu nombre siempre sea dulce en mi boca.


Que un beso nuestro siempre sea un buen beso.


Que nunca se apague el deseo urgente de completarnos.


Que la puerta de tu casa siempre esté para mí abierta.


Que sea un ritual el acto de esperarnos.


Que siempre escuchemos en el corazón las cosas que las bocas no dicen.Y que nunca viceversa.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Angelito




La Chilinga tiene esa forma de castigarme o llevarme al cielo que hace que sea un lugar imposible de dejar. Hace dos años, cuando estrenábamos el galpón de Saavedra, en una de las tantas fusiones de blocos que tejen esas redes invisibles que nos convierten en tribu, conocí a Angelito.


Su edad es incierta y difícil de descifrar, imposible de representar en un simple y cuadrado numerito. Tiene los ojos de alguien que camina desde hace mucho, un observador de las esencias. Es delicado, pero no da miedo romperlo. También tiene su mirada una fuerza que intuyo arrolladora cuando defiende lo que quiere. Ángel se conmueve y nos conmueve, porque destila tanto amor que se nos mete siempre en el cariño.


Ángel me escribe y me reprocha riendo que soy una yegua y no le escribo.


Y lo más maravilloso de él es que tiene razón, me hacer reír, y me trae unas ganas de jugar que me hacen volver, por un rato, a ser una nena.


Angelito querido: los ensayos de los lunes no serían lo mismo sin tu alma buena.


(..con qué clase te estoy haciendo sana- sana.)

viernes, 7 de noviembre de 2008

De lo mal que nos hizo la televisión a los niños de la década del 70





Yo quería ser la mujer maravilla.
Daba vueltas hasta sentir náuseas esperando que me cayera un rayo del cielo y me crecieran dos tetas metalizadas y un bombachón lleno de estrellas. Practicaba cómo detener las balas con mis brazaletes, ataba al perro con la soga de la ropa y le gritaba “no podrás escapar a mi lazo mágico, confesarás”, y vivía enamorada del uniforme del capitán Steve a quien rescataba permanentemente de los malos.
Crecí.
Trabajé siempre ocho horas afuera, logro alimentar a mi hija con lo que encuentro en las alacenas aunque haga una semana que no tengo un hueco para ir al chino, nunca duermo más de seis horas, soporto la tortura en la camilla de pilates para seguir pareciendo joven, crío a una preadolescente, ando en bicicleta y llego impecable a laburar a pesar de las puteadas, los bocinazos y la reverenda maldad de los choferes de bondis que me atacan con sus monstruos de ocho ruedas, detengo (con mis brazaletes) los sutiles comentarios sobre mi persona, enlazo a mi hija con mi mirada de “decime la verdad porque la voy a descubrir igual”, los fines de semana soy el alma de las fiestas, cumplo con todos los ensayos de la semana sin perder la energía y siempre estuve en la vida con hombres a los que tuve que proteger, rescatar e incluso mantener.
Finalmente logré ser la mujer maravilla.

Pataleo

Esta semana empecé con las horas extras.

A mi ya por demás sandungueada jornada de nueve horas tuve que agregar dos horitas diarias para poder parar la olla y ver si alguna vez logro que quede un peso dentro de esa maldita cuenta del banco a la que voy arrancándole de a poco, de a uno, los billetitos violetas que cada vez me duran menos.

Es decir: mi cerebro queda hecho polvo, mi cuerpo fatigado, mi humor caldeado como el clima, mi voluntad en cero. Finalmente pago un alquiler que se lleva más de la mitad de lo que gano legalmente sólo para llegar y arrojarme de nariz en el colchón.

¿Podremos en éste país alguna vez, nosotros, la prensada clase media, llevar una vida que no sea la de un burro de carga para estar siempre tapando agujeros económicos? ¿existirá una vida en la que pueda comprarme un vestido sin sentir culpa ni tener que bajar la calidad del shampú? ¿alguna vez ganaremos el equivalente a lo que entregamos en sacrificio?

¿Puedo yo cuestionar a las mamás de mis niños por no tener tiempo de sentarse a estimularles la lectura cuando, al igual que ellas, vuelvo a mi casa convertida en un bulto de carne vapuleado..?

Say no more.

martes, 4 de noviembre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol..(parte seis): "si le duele a ella, nos duele a todos."

Estoy cimentando la firme convicción de que a la energía de nuestros ensayos la gobierna mi ciclo menstrual.


Sépanlo.


Grabemos ése bendito demo el martes que viene.


Nada más.

jueves, 30 de octubre de 2008

AVISO IMPORTANTE:
Estoy por demás verborrágica. Sépan disculpar. Es la onda encantada de la estrella amarilla..

Pieza faltante

Él no tenía sentido del humor.

Yo debería haberlo notado cuando no se rió de aquél chiste sobre el lavarropas, pero lo dejé pasar.

Me salió caro.

Hay cosas que uno perdona en el otro que no debería justificar. Generalmente ésos pequeños detalles son los que crecen como tumores en la relación. Y la echan a perder.

Yo creía que no había vida sin él. Y fue con él cuando no hubo vida. Casi me dejó vacía.

Y ahora que de nuevo, de a poco, otra vez me llené de todo y de más, lo que no le perdono es que no logro encontrar la confianza por ningún lado.

Será que éso es lo único que alguien me tiene que devolver..

Perfume


Recuerdo la primera vez que olí a mi hija. Fue un olor muy familiar que inundó mi casa y mi vida durante un tiempo de meses.

Olor a piel, a carne, a algo mío que trascendía la máscara del jabón y el gel perfumadito del pañal. Un perfume que me obligaba a apoyar muchas veces mi nariz en su panza, sus manos, su frentecita.

Alguien debería envasar esa esencia para las veces en que el dolor se vuelve insoportable.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol..(parte cinco)

Horror latino.
Todo el mundo en cualquiera. Una energía rara, medio picante. Algo no conectaba. Me rodearon de parlantes, me escondieron en guitarras, todo me causaba gracia con semejante vibración en el cuerpo, pero nada. Como cuando perdemos los partidos del mundial arañando las copas.


¿Será que a todos nos deprimió el tema que los Cadillacs reversionaron en cumbia villera...?

martes, 28 de octubre de 2008

Leer con atención antes de comprar

Soy un cuaderno nuevo, una frazada de polar, un fanal con una vela encendida, un vino, un sugus confitado de ananá, un viento en el pinar de villa gesell, un beso en la frente, un beso en la espalda, una cama un domingo a la tarde, un recuerdo cálido, una nena que espera salir de paseo, una selva amazónica, una montaña de corazón líquido, un cielo celeste, una pregunta, una bocona, una yegua, una madre, un pañuelo, una chispa de luz, un universo que no termino nunca de explorar.

Guarda...

miércoles, 22 de octubre de 2008

Anochecer de un día agitado



Hoy tengo muchas cosas en la cabeza y nadie con quién charlar. Mejor así. Domino mejor ésta forma de conversar, menos impetuosa que tenerme enfrente sin parar un minuto de mover las manos y revolear los ojos mientras hablo.


Estoy pensando desde hace un rato en alguien a quien quiero ver pero no voy a hacerlo. Y pienso que no voy a hacerlo porque aprendí desde mi propio deseo que no se desea lo que se tiene. Se desea lo que no. Empiezo a comprender esta pequeñamente morbosa relación de los seres humanos y el dolor. Eso que pica.


Pienso que alguna vez esa relación con el dolor tiene que terminar. Y dar lugar al increíble placer de decir exactamente lo que se siente, ése segundo en que la boca y el corazón se conectan y uno dice nada más que la verdad. El instante mágico en el que el suicida, sorpresivamente, remonta vuelo.


Pero a la gente no hay que matarla de un síncope. Entonces, juego.


Pero el ancho de espadas lo tengo yo.

martes, 21 de octubre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol (parte cuatro)

Llovía como la ostia, se caía el cielo literalmente esta mañana. El recuerdo del paupérrimo ensayo de la semana pasada me hizo flaquear y llamé a Dani para confirmar si había banda a pesar del temporal."¿Y por qué no iba a haber?" me contestó socarrón. Qué distinta es la realidad del que tiene auto..

No hay nada que me guste tanto como empaparme en una lluvia de día de calor. Me subí a la bici y me fui por Florida hasta la estación.
El galpón era la inundación misma. Mientras pasaban los secadores peinando agua hasta las rejillas, Pol ya tenía el sonido armado y andaba dale que dale con la guitarrita. Seba jugaba con tres surdos y todo el tiempo sonaba un samboncito de fondo, de esos chilingosos, mientras cada uno entraba en su frecuencia.
Fui por el mate. Ya estaba listo. Buena señal.

Y estaban las letras, y afuera llovía, y empezamos con algo, y el reggae, y la bossa, y el mate y Raulo y Pol que me cambia las letras, y "vámonos ahora antes de que decaiga!!", y aparecen las voces, la risa, la risa. Y se armó. Algo se armó. Eso que no es fácil, eso que si no sale, no saldrá nunca.
Desalojamos con la sensación de tener la panza llena.
Afuera el cielo iba asomando celeste.
Yo seguí cantando todo mi viaje de vuelta en tren.

jueves, 16 de octubre de 2008

Clasificación de las mujeres de un universo naranja parte dos




Una mujer naranja puede brillar de jóven con su color naranja, pero por lo general sólo muestra destellos. Naranja es el color que toman las hojas de un libro que va envejeciendo, llenándose de manos que acarician sus letras, mirado por mil ojos, pensado si está lejos de las manos. La naranjez de una mujer asoma por los ojos y se enciende a medida que recorre su camino, el propio, el único; cuando se entrega a ser quien es y revienta de risa al mirarse en el espejo de su insignificancia, que es lo que la vuelve poderosa.
Fue perdiendo la vergüenza en el camino y no desaprovecha ningún momento de saltar a cometer una locura. Se sube a un escenario, canta, baila, mueve con gracia sus cachetes con delay. Ya sabe que el cuerpo es una gasa que tomará la forma de su esencia para volverse hermoso cuando hermosa se sienta.
No sabe lo que quiere, pero ya aprendió lo que no está dispuesta a tolerar. Y su tolerancia es corta.
Si quiere, quiere cosas, pero a la gente la ama. Sin condición, sin restricción.
Que los dioses te premien cruzando en tu camino una mujer naranja.

Y te amparen.




miércoles, 15 de octubre de 2008

Aviso importante

Sentáte y leéme de una sola vez.

A veces me comporto como una viuda negra. La intimidad me provoca unas ganas locas de asesinar a mi compañero, eliminarlo del mapa, devorarlo sin dejar rastros ni testigos. Un brote de ternura que me aflora me pone de un humor violento, me inquieta, me enoja, me sulfura.


No es tu culpa. Ni la mía. Es el vértigo, el terror que me da sentirme vulnerable.

Por las dudas, no me llames.


domingo, 12 de octubre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol..(parte tres)

Pol Neiman dijo algo por acá el otro día, algo que yo todavía no había conectado en mis pensamientos. La Chilinga y el tren.

Vale decir que el tren es una parte importante de mi vida. Mi casa estaba cerca del tren. La estación Mitre, su puente de hierro rojo, la feria, la placita, sus durmientes, todo anda dentro de mis recuerdos y me hace ser de una forma particular.

La gente que viaja en tren es diferente de la otra gente. El universo de los trenes tiene una mística distinta a la de la calle y los colectivos, otros tiempos, un sabor a antigüedad o a jipi patasucia, como diría mi cuñada.

La Chilinga tiene mucho de eso. Su gente tiene mucho de eso. Ése tiempo lánguido para las cosas, que a veces puede ser exasperante, ésa despreocupación de dejarse llevar en un vagón sin saber la cara del maquinista, que bien podría ser un loco o no existir.



La Chilinga hace sus nidos cerca de una estación. Martín Coronado, Saavedra, Gascón. El sonido del tren se asemeja al sonido de las batucadas, medio murgonesco, desprolijo y con pasión.

Cada cual en su mundo, en su historia, vamos de a grupos en el mismo vagón sin destino preciso, por el sólo placer de hacer nada importante, pero ciertamente vital: ser felices sin ninguna utilidad práctica.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol...(parte dos)

De a poco la gente franca va mostrando su mapa. Como Pol Neiman, el mostro. Llegué a la banda en pleno proceso de cumbia colombiana, el clima era algo tenso y Pol andaba como indispuesto. Pero en la maldad encontramos una complicidad cariñosa. Se ríe de sí mismo. Éso es una marca particular.



Noe y su fiaquez eterna, me sigue en todas las boludeces que le pido mientras le acerco un pandeiro. Me gusta tanto bailotear y cantar mientras ella toca.


Raulo, il capo, el padrino, el superhéroe, el grosso, gigante de la bombonera, mi amigo que siempre será como Peter Pan. El martes ni siquiera se tomó la molestia de tocar el bajo de pie. Y sin sacarse los lentes de sol cortaba el ensayo para pedirles a los tambores que tocaran más bajo, si no no podía escucharse a sí mismo. Raulo es inimputable.
Otros están todavía a cierta distancia prudencial.

Y mientras algo se abre y florece, y los camiones pasan por Huidobro completamente ajenos a lo que se cocina en el galpón, la banda sigue tocando.

martes, 7 de octubre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol.. (parte uno)

Los ensayos de los martes en saavedra tienen gusto a ritual, como ésos de comerse un Havanna con una amiga en el bondi o tomar mate con tu abuela en la vereda.
Ya de movida salir de la escuela a las dos es como un portal a otra dimensión. La tarde era nada más que un recuerdo de mi infancia, y ahí está otra vez con sus estaciones de tren, su siesta y sus paraísos en la vereda. El tipo de la boletería de la estación Cetrángolo es el hombre invisible para mí, pero detrás del espantoso vidrio espejado (que me hace sentir una boluda autohablándose) siempre me dice "Muchas gracias, sos muy amable. Que tengas una hermosa tarde." Y a mí, que me encantan las cosas que huelen a señales, me encanta.




Embocarle al furgón es una aventura. No logro descifrar cuál es la lógica que motiva su azarosa ubicación, y termino siempre corriendo temerariamente con la bicicleta por el andén hasta alcanzarlo. Ahí adentro, casi siempre somos los mismos. Nos reconocemos por las bicis y hacemos el viaje en respetuoso silencio de ascensor. Mientras viajo ando paveando con la camarita del teléfono y llamo la atención. O serán los anteojos. O estas rastas de Bob Patiño. O yo.

lunes, 6 de octubre de 2008

Gente jodida



La gente jodida no es fácil de identificar. Ésta es justamente una de las cualidades más jodidas de la gente jodida.


Al menos una vez en la vida uno comparte algún espacio con una persona jodida. Es una situación particularmente dada en el ámbito del laburo, en donde ya uno está bastante jodido de por sí haciendo algo nunca bien remunerado que le resta tiempo al placer.


Andar por la vida cerca de alguien jodido exige una atención casi permanente de los movimientos del otro, a ver dónde va a poner la próxima trampa para cagarnos el día.


La gente jodida sonríe mientras marca un número de teléfono que nos complicará la vida, esconde información, desparrama mentiras y gusta de ver cómo los demás se hunden gracias a su fétida intervención.


Desde mi humilde espacio, le deseo a toda la gente jodida no menos que un buen par de hemorroides.


Amén.

jueves, 2 de octubre de 2008

Soy un emmo


Uno o dos días al año me dejo ganar. Casi siempre es entre septiembre y octubre, cuando el envión que vengo trayendo desde enero pierde velocidad. Entonces una tristeza pesada me sube por las piernas hasta la cara, me opaca los ojos y me aplasta un poco contra el colchón. Dejo salir todo el dolor acumulado hasta desangrarme. Creo que ya ni siquiera es mi dolor lo que sale. Lloro penas ajenas con las mías. Penas de los chicos que me dejan cuando los abrazo, penas de mi hermano, de mis viejos, penas de mis abuelas, de amores de otros, de desencuentros, tristezas que nadie admite y le dan a mi corazón una afinación particular que me hace cantar el tango como si supiera.


Solamente después de abrir esas puertas escondidas logro entregarme con furia a la primavera.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Mi amiga peronista


Micelotta tiene veintisiete bellísimos años.

La heredé por uno de esos pases mágicos que tiene el destino en uno de los momentos más raros de mi vida. Acababa de sufrir mi segunda separación de un segundo intento de parejaconviviente que me salió bastante para el orto. Como siempre me pasa en esos momentos oscuros, me reencontré con mi viejo amigo Pablo Olmedo, enamorado platónico permanente, y me invitó a participar de una revista modestamente barrial que estaba lanzando, "El contestador". Mail va, mail viene, le ofrecí mi patética historia en un artículo con intenciones irónicas. Después de su solidaria aceptación, me llegó la primera noticia de Micelotta. Era un mail tratándome de usted.

La primera vez que nos vimos fue a solas. Me cursó una invitación a su casa de lo más formal, y terminamos picadas con dos botellas de rico vino tinto, hablando de cómo cada una intentaba cambiar el mundo de alguna manera.

Micelotta es un viejito militante jubilado pero combativo, encerrado en el cuerpo de una hermosa mujer de ésas que los hombres aman y temen. Mira la vida (y la vive) con una pasión que la lleva a lugares remotos, como Cartagena, a buscar. A buscarse.

Sale a manifestarse con pancartas, escribe artículos, trabaja con gente de la cava, anda rondando las peñas para hacer palmas y embriagarse con sospechosos vinos de damajuanas. Viaja ambulante con el circo mecánico de La Musaranga, capta al mundo verdadero con la lente de su cámara, ama y odia y ama de nuevo y vuelve a odiar con la misma entrega con la que vive cada segundo de su vida.

Micelotta tiene nombre de heroína de novela romántica inglesa de la época victoriana. Eleonora. Nombre de leona, de reina, de emperatriz. Al igual que yo, es impresentable. Es una selva tropical por encontrar, por descubrir; repleta de rincones, de matices, de climas, y hasta alguna que otra tribu de antropófagos que hay que saber seducir para no morir en el intento. Un safari que "La caja " no aseguraría. Una maravilla para los sentidos y el espíritu.

Y cada vez que de alguna manera tengo noticias de que sigue rodando por ahí, respiro aliviada porque sé que, aunque una gran parte del mundo no lo sepa, ese marcapasos de piernas fuertes sigue haciendo que el corazón del universo lata repleto de amor.
Brindo por eso.

martes, 23 de septiembre de 2008

Sobre las cosas de las que me ocupo ahora que no tejo al crochet.

Pienso mucho en la palabra Química. Pienso mucho en las palabras que se buscan para explicar lo que nos pasa con una gente sí pero con otra no, y con otra todo lo contrario.


Hay gente que no conozco, que apenas veo alguna vez por semana con cierta regularidad, y sé que la quiero. O que la voy a querer. Gente que tiene como un imancito que me hace cosquillas de cariño que a veces es pasión inexplicable y ganas de vinito o de abrazo. Y esa gente se me hace de una misma tribu. De mi tribu.


Pero, ¿qué es lo que me marca esa diferencia, eso que me dice que ésa gente sí?


Química.


El olor de una mezcla particular de la piel, la manera de mirar, de qué cosas se ríe, la capacidad de disfrute, la electricidad que siento en el abrazo de saludo y de despedida.


Cuando esa química se conjuga de manera particular en el tiempo y el espacio se reedita el big bang y aparecen en el mundo los beatles, Álvarez y Borges, cha cha cha, la noticia rebelde, cinema paradiso, o el amor de tu vida.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Comentame y llamame Marrrrta...

Queda oficialmente inaugurada la posibilidad de hacer comentarios en este bloccc. Quiero agradecer a todos los que me hicieron llegar sus protestas dándome así la constancia necesaria para desentrañar el funcionamiento de este espacio que, como tantas otras cosas de mi vida, no trae manual.

La tecnología aún no me ha vencido...

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Técnicamente muerta




No tengo pulso.
No me palpita el corazón si sé que estás por llegar, no se acelera mi respiración, el estómago no me da un brinco.
No me marea pensar en vos, no se me aprietan los músculos del abdómen, no me río si te nombro, no me espanto.
No me desespera tu boca, no me atrapa tu olor, no se mezclan imágenes en mis pensamientos, no te extraño en mi cama vacía.
No logra deshacer tu saliva la manzana encantada que me atora el amor en la garganta.