viernes, 26 de septiembre de 2008

Mi amiga peronista


Micelotta tiene veintisiete bellísimos años.

La heredé por uno de esos pases mágicos que tiene el destino en uno de los momentos más raros de mi vida. Acababa de sufrir mi segunda separación de un segundo intento de parejaconviviente que me salió bastante para el orto. Como siempre me pasa en esos momentos oscuros, me reencontré con mi viejo amigo Pablo Olmedo, enamorado platónico permanente, y me invitó a participar de una revista modestamente barrial que estaba lanzando, "El contestador". Mail va, mail viene, le ofrecí mi patética historia en un artículo con intenciones irónicas. Después de su solidaria aceptación, me llegó la primera noticia de Micelotta. Era un mail tratándome de usted.

La primera vez que nos vimos fue a solas. Me cursó una invitación a su casa de lo más formal, y terminamos picadas con dos botellas de rico vino tinto, hablando de cómo cada una intentaba cambiar el mundo de alguna manera.

Micelotta es un viejito militante jubilado pero combativo, encerrado en el cuerpo de una hermosa mujer de ésas que los hombres aman y temen. Mira la vida (y la vive) con una pasión que la lleva a lugares remotos, como Cartagena, a buscar. A buscarse.

Sale a manifestarse con pancartas, escribe artículos, trabaja con gente de la cava, anda rondando las peñas para hacer palmas y embriagarse con sospechosos vinos de damajuanas. Viaja ambulante con el circo mecánico de La Musaranga, capta al mundo verdadero con la lente de su cámara, ama y odia y ama de nuevo y vuelve a odiar con la misma entrega con la que vive cada segundo de su vida.

Micelotta tiene nombre de heroína de novela romántica inglesa de la época victoriana. Eleonora. Nombre de leona, de reina, de emperatriz. Al igual que yo, es impresentable. Es una selva tropical por encontrar, por descubrir; repleta de rincones, de matices, de climas, y hasta alguna que otra tribu de antropófagos que hay que saber seducir para no morir en el intento. Un safari que "La caja " no aseguraría. Una maravilla para los sentidos y el espíritu.

Y cada vez que de alguna manera tengo noticias de que sigue rodando por ahí, respiro aliviada porque sé que, aunque una gran parte del mundo no lo sepa, ese marcapasos de piernas fuertes sigue haciendo que el corazón del universo lata repleto de amor.
Brindo por eso.

martes, 23 de septiembre de 2008

Sobre las cosas de las que me ocupo ahora que no tejo al crochet.

Pienso mucho en la palabra Química. Pienso mucho en las palabras que se buscan para explicar lo que nos pasa con una gente sí pero con otra no, y con otra todo lo contrario.


Hay gente que no conozco, que apenas veo alguna vez por semana con cierta regularidad, y sé que la quiero. O que la voy a querer. Gente que tiene como un imancito que me hace cosquillas de cariño que a veces es pasión inexplicable y ganas de vinito o de abrazo. Y esa gente se me hace de una misma tribu. De mi tribu.


Pero, ¿qué es lo que me marca esa diferencia, eso que me dice que ésa gente sí?


Química.


El olor de una mezcla particular de la piel, la manera de mirar, de qué cosas se ríe, la capacidad de disfrute, la electricidad que siento en el abrazo de saludo y de despedida.


Cuando esa química se conjuga de manera particular en el tiempo y el espacio se reedita el big bang y aparecen en el mundo los beatles, Álvarez y Borges, cha cha cha, la noticia rebelde, cinema paradiso, o el amor de tu vida.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Comentame y llamame Marrrrta...

Queda oficialmente inaugurada la posibilidad de hacer comentarios en este bloccc. Quiero agradecer a todos los que me hicieron llegar sus protestas dándome así la constancia necesaria para desentrañar el funcionamiento de este espacio que, como tantas otras cosas de mi vida, no trae manual.

La tecnología aún no me ha vencido...

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Técnicamente muerta




No tengo pulso.
No me palpita el corazón si sé que estás por llegar, no se acelera mi respiración, el estómago no me da un brinco.
No me marea pensar en vos, no se me aprietan los músculos del abdómen, no me río si te nombro, no me espanto.
No me desespera tu boca, no me atrapa tu olor, no se mezclan imágenes en mis pensamientos, no te extraño en mi cama vacía.
No logra deshacer tu saliva la manzana encantada que me atora el amor en la garganta.

jueves, 11 de septiembre de 2008

La belleza.


Tengo que llevar a la China a la peluquería. El flequillo se le desordena enseguida..

Desde que decidió cortarse el pelo corto, pero más que nada, desde que contradiciendo todos los consejos de mi madre y los míos, se cortó un flequillo, es otra. Sonríe, mueve la cabeza cuando habla, escucha a los Piojos y se enamoró de Andrés Ciro..

A los doce años le dije a mi mamá que me iba a cortar las puntas del pelo y lo que me hice fue un corte cubano. Sacarme de encima el peso de ese larguísimo pelo cepillado me hizo sentir importante de alguna manera por primera vez. Había tomado mi primera decisión radical.

Mañana mismo llevo a la China a la peluquería. Me fascina verle ese brillo en los ojos debajo de su flequillo nuevo.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

A mí si me sale la fidelidad.

Yo soy fiel a mí misma.

Sasha, Sissi y el círculo de baba (F. Páez)

pensar que no dijo nada
la mañana que lo vi
pensar que el amaba tanto a su divina Sissi
baje el callejón con calma mas no pude resistir
entonces rece por Sasha
por su amada y por mi
reptar, reptar
en horas de la siesta
cambiar, cambiar
las leyes del amar
Sissi lo volvió loco en una fiesta
y no volvió a tocarlo nunca mas
entonces penso en un arma en matarla y en huir
lloro y escribió su réquiem
para Sasha y Sissi
no hizo mas que esperarla
la besó y durmió al llegar
y trazó un circulo de baba
con un médica style
y no dejó que nunca mas sufriera
Sissi murió de hambre y vanidad
amar, amar y tuvo muerte lenta
así el meó tres veces mis zapatos
y llego hasta el bar...
simplemente fue lo que pasó
bajo esta luz
Sasha prendió un faso y se sentó
pitó ese cigarrillo hasta explotar.