miércoles, 25 de febrero de 2009

Parada y con un puño.

No tengo filtro. No tengo ganas de ponerle a mi boca un silenciador que medie entre lo que pienso y las buenas formas, la diplomacia ni las vueltas complicadas para lo que es simple.
No tengo ganas de andar por ahí como caminando sobre brasas, guardándome lo que siento en algún lugar del cuerpo para que termine en alguna enfermedad complicada.
No me importa qué puedan pensar. El problema en todo caso será del que esté buscándole una segunda vuelta a lo que digo o a lo que hago en una. Lo mío es tan simple como lo que digo. Es lo que digo, ni más ni menos.
No sirve la gente que lee a Castaneda y vive como el peor de los Macris. No es mi problema.
Ya fui durante demasiado tiempo alguien distinta de mí.
No lograrán convencerme de lo contrario.
Fúmenme.
O bébanme, en el mejor de los casos..

lunes, 23 de febrero de 2009

La vida cabe en un pochoclo (reflexiones navegantes)


Dar el primer paso. Entrar en algo que se sabe pero no se sabe cómo. Abrir la puerta y dejar entrar, tomar el picaporte y sumergirse. Sentir la urgencia de la decisión tomada y no oponerle resistencia alguna. Soltarse y dejarse caer como agua de la canilla que algún día, de alguna manera, va a llegar a ser parte del mar.

viernes, 20 de febrero de 2009

La seño de pelo colorado (parte 2)


Ale tiene los ojos redondos y negros y una historia demasiado larga para sus tan poquitos años. Nos conocimos en ronda en el patio de la escuela una mañana de noviembre. Sus ojos fueron la primera imagen que me llegó desde el azorado grupo que me esperaba sentado para conocer a la seño de muchos rulos y pelo colorado.

Cada vez que nos vemos me provoca con malas palabras que suelta en sus historias como al descuido y me espía de reojo para ver mi reacción. Viene a la colonia con una guadaña de plástico de juguete (habría que ver qué traman algunos fabricantes..) que sistemáticamente termina en el placard al minuto de arribar.

Yo dibujo barcos cuando planifico, gaviotas y magos en altamar. Barcos que me lleven hasta donde sea que haya naufragado para cantarle una canción que lo traiga de vuelta a jugar.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Yo te banco, Pol!

Estaba releyendo el blog de mi amigo Neiman cuando volví a toparme con su declaración bizarra de gusto por Miguel Bosé. Y me vino un furor vergonzoso desde los piés al centro y como colegiala eufórica cantando la marcha de San Lorenzo, pensé "no estás sólo en ésta, amigo".

A mí me gusta ABBA.

Mis amigas me putean cuando empieza a sonar un tema en el equipito y fruncen la cara como ardillas. Mariconas. ¿Acaso ninguna se sintió abrazada cuando escuchó "Chiquitita" la primera vez que le rompieron el corazón ni se le frunció el asiento cuando Muriel se descorría el velo emocionada mientras sonaba una versión imponente de "Dancing Queen"?

Hasta hoy he saltado disimuladamente ésa carpeta en el mp3 cuando compartía mi música con desconocidos.

Ahora jódanse.

No pienso dejar de hacer absolutamente nada de lo que me hace feliz.




La seño de pelo colorado

Hoy escribí el principio de un cuento para mis nenes. Lo lleva adelante un mago que se llama Pelusa.
Pelusa viene de padre mago, madre bruja y abuela que es la mismísima Campanita de Peter Pan.
Y lo primero que le toca enseñar a mi mago inventado es a distinguir lo poco de lo mucho.
Menudo aprendizaje fundamental de la vida...

Sweet home, Buenos Aires..

Viernes a la noche, recital de Arbolito en la loma del orto o Boedo, como prefieran llamarle. Viaje con puertas trabadas y ventanillas altas por submundo de Constitución, vereda decorada con putas de distintos tamaños y poco disimulados cafiolos asomando apenas de puertas en penumbras. Distracción al estacionar el auto. Fin del recital, caminata de dos cuadras con amigo Martín teñida de inquietud por caripelas amenazantes que se giran para mirarnos pasar. Bienvenida número uno: cinco muchachotes en peligroso estado etílico rondando auto incendiado a escasos veinte metros del golcito. Fruncimiento de traste ante movimiento tambaleante y poco feliz de muchachote con botella marrón en mano. Partida veloz.

Sábado a la noche, recital de Jaime Ros. Bienvenida dos: Afano impune y aparatoso de cámara fotográfica atada a mi muñeca. Forcejeo con acompañamiento musical, entonando "me está afanando" en cuatro idiomas. Adiós camarita. Adiós carnavaaaaaaaaaaaaal...

Martes a la noche, conversación en patio amigo sobre lo jodido que se ha puesto el mundo de repente. Vuelta a casa en bicicleta a las doce de la noche. Motito con muchacho de remera blanca viniendo detrás. Bienvenida tres: Mano del citado muchacho estampándose en parte de mi cuerpo que se apoya en el asiento de la bici. Acompañamiento de mano en ojete por recorrido aproximado de dos metros, musicalizado por mí entonando laputamadrequeteparió en FA. Final con huida rauda del boludo antes mencionado.

Bienvenida a casa...

Botella en el mar.


" Cuando un guerrero toma la decision de pasar a la acción, debería estar dispuesto a morir. Si está dispuesto a morir, no habrá tropiezos, ni actos innecesarios. Todo encajará en su sitio porque no espera nada"

Carlos Castaneda; " Relatos de Poder"


lunes, 16 de febrero de 2009

Viaje al centro de la Tierra, llamadas de candombe Uruguay 2008 (parte 5): Lista



Cosas que una debe llevarse a un viaje de candombe al Uruguay:

- Como lo hemos mencionado anteriormente, si va a acampar, lleve una carpa.
- Un buen amigo rápido para dividir, multiplicar y operar con decimales para cantarle lo más prontamente posible cuánto mierda vale el mate que tiene usted en la mano. Y que le emboque al resultado (es muy triste pagar sesenta y cinco pesos argentinos por un llaverito con forma de tambor..)
- Tarjeta para recargar el puto celular que siempre funciona cuando usted no lo puede usar.
- Un salario holgado. Muy útil.
- Hilo, aguja y alfileres de gancho. Y alguien menos colgado que usted que le recuerde llevarlos el día que los necesita..
- Protector solar para no quedar hecha un mandril dos días antes de la llamada, y no ésa porquería factor quince con unos brillitos lindísimos.
- Cigarrillos. La campaña antitabaco uruguaya es heavy metal e incluye fotos en los atados. Y no precisamente de Wanda Nara..
- Una amiga para reventar de risa en el baño.
- Un buen perfume.
- Fernet. Allá casi no existe y no da patinarse lo del hospedaje para solventarlo.
- Cara de póquer para poner en hotel católico mientras le explica al concerje que usted compartirá la pieza con los dos monos que están parados atrás (reutilizable por las mañanas cuando la camarera la mira de reojo condenándola al infierno de pura envidia mientras usted se unta una tostada lo más pancha.)
- Indefectiblemente, un tambor. Y el palito, por diossss...
- La vincha de sus hermanas candomberas.
- Un lindísimo vestido totalmente inapropiado para pintar tambores con pintura en aerosol.
- Diluyente de pintura, o en su defecto, un guardarropas que le combine con su nuevo color de piel verde, naranja y azul.
- Una sidra para Yemayá que terminará siendo escabiada por los malditos jipis. Y a su salud.
- Rimmel. Nadie dijo que para tocar tambores hay que parecer el cuatro de Ferrocarril Oeste.
- Ganas de todo y de más. Indispensables.
- Gente sensible. Y en el mejor de los casos, también cariñosa.

Viaje al centro de la Tierra, llamadas de candombe Uruguay 2009 (parte 4): "Efectos colaterales"



Hay cosas que el cuerpo recuerda, como andar en bicicleta o saltar a la soga. Hay un equilibrio que se ajusta ni bien una toma coraje y va posando los pies sobre los pedales haciendo que sepamos que sí sabemos.

Hay una memoria inexplicable de algo que no ocurrió nunca que nos conecta con un extraño de manera profunda, un sentir el estómago estirarse que nos hace emanar una luz diferente. Una luz.

El sábado hubo chilingueada en el anfiteatro de Mataderos. Yo sé que algo me pasó en éste viaje, algo en el alma, y a veces me sorprendo de no reconocerme en la que soy ahora. Así llegué, a dos días de bajar del barco que me trajo de Uruguay, a cantar no sabía qué ni con quiénes. Dani me hizo reír contestando mis mensajes en uruguayo, tá, bó, y me llevó de vuelta al pellizco feliz del desfile en Isla de Flores. La fecha era con los chilinguitos, y a mí me dieron ganas de cantarles Peixinhos do mar. Fue lo que me propuso Dani ni bien pisé el escenario y en cinco minutos se armó un coro con tres voces.

Detrás del escenario, mientras mirábamos actuar ahora a los viejos chilingos, se me acercó Julián debajo de una gorra con visera (los chilingos antiguos marcan tendencias..) y detrás de unos lentes para ver y una sonrisa arrobada me dijo que me había escuchado cantar. "..y vos cantaste de lo más divino..". Creo que me partí la boca de una sonrisa. Y ahí fue cuando sentí que éso que me iluminó el corazón en Uruguay se me estaba saliendo por el pecho.

domingo, 15 de febrero de 2009

Viaje al centro de la Tierra, llamadas de candombe Uruguay 2009 (parte 3): "..Anfiteatro, linda. A ver si volvemos.."

Todos fuimos de viaje. Todos fuimos en nuestro propio viaje que se tocó en sus puntas o en sus centros con el viaje de otros.

Yo viajé por la gente. Me metí por el lado de su risa, por las grietitas que dejó abierto su dolor, por su música, por su impaciencia. Viajé por corazones abandonados, por sueños chiquitos, por ausencias dolorosas, por sus ganas de jugar. Viajé por los ojos de Graciela, brillantes debajo del mascarón blanco y negro de pintura que no resistió la emoción ni la entrega y se desparramó por las caras haciéndonos parecer un ejército endiablado del rey Momo. Viajé por las manos de Andrea que pintó bailarinas hasta llenar la cuerda con un mar de sirenas. Viajé por la a veces solitaria perplejidad de un Dani de cara sorprendida y pronta para la sonrisa. Viajé por la alegría de Guillermo cuando la cuerda tomó vida y empezó a sonar más fuerte de lo que latían los corazones en comparsa. Viajé por una bandera que se tomó su misión a pecho y fue preparando a la gente para que nos aplaudiera. Viajé ratos largos por un silencio maravilloso que se rompía en coincidencias gloriosas. Viajé por Álvaro que era Alvarito y jugaba a pintar las caras con plasticola de brillantina. Viajé por unos ojos oscuros que eran como el mar y estaban llenos de preguntas de ésas que no tienen palabras. Viajé por los pies de María que no tienen los setenta y tantos años que dice su documento. Viajé a las infancias de los que se durmieron cuando canté nanas en una playa de luna llena.


Y creo que todavía no volví.


jueves, 12 de febrero de 2009

Viaje al centro de la Tierra, llamadas de candombe Uruguay 2009 (parte 2): "Unos ojos se van, se van de viaje..."






Me quemé ignorante de que en Uruguay el mate se hace con agua hirviendo. Salí robando cámara por televisión tocando candombe en una protesta de uno de los sindicatos que agrupan a las comparsas. Toqué con el buceo en un ensayo el martes, sólo tres argentinos entre los cuarenta uruguayos. Descubrí que el amarillo me queda muy bien. Toqué al lado de un viejo Yamandú que salía en su última llamada. Conocí a un gitano de ojos negros que me miraron y me apretaron los recuerdos por adentro. Canté como las sirenas en una playa de luna llena. Floté en el mar. Me vestí de velador y me sentí una estrella. Tuve un amor. Tuve amigos. Tuve una familia que pintaba tambores en el playón de un club. Me volví negra. Me metí en la gente. Se me llenó el cuerpo de flores. Abracé y me abrazaron. Me ví crecer. Me dejé ganar por la emoción de un beso. Se me acercó el corazón al Uruguay. Me perdí y me encontré de nuevo, pero soy otra. Aprendí que no tener el equipamiento necesario para acampar puede terminar con un romance a manos de alguna mujer más precavida. Me sonrió gente que jamás voy a conocer. Compartí la habitación con dos varones en un hotel católico hasta la médula. Les escabiamos todo el bidón del dispenser (malditos jipis). Pinté caras, curé manos, llevé el hilo pero perdí la aguja. Ví feliz a Graciela. Me fuí a la playa donde se tuesta el diablo. Ví arder el fuego. Ví arder mis ojos.

Y ésto recién empieza.

domingo, 1 de febrero de 2009

Soy de Cuareim..

La cuerda Chilinga suena. Sí, suena. Más o menos vamos llevando el paso ligero, cada tanto se baja y lo subimos, pero se sostiene.
Hoy los miraba caminando conmigo en el último ensayo en Buenos Aires para ir a las llamadas. No hemos compartido vinos, ni borracheras, ni hemos estado tristes juntos. Nunca jugamos, ni tenemos anécdotas, ni vimos lunas desde terrazas musicales. Pero nos vamos juntos. Cada cual emprende su propio viaje.
Yo pienso en mis comadres tocadoras, mis candomberas, mis iyás kererés, mi manada, y en todo éso que sí nos sucede. Y que si llevo de éso encendida el alma, cuando nos encontremos allá chilingos y nos mezclemos entre los uruguayos, estiraremos la música para tocarnos y sentir que vamos juntos entre extraños. Y así, envolviéndolos, por fin nos envolvamos.
Brindo por un candombe gozado.