miércoles, 30 de junio de 2010

Rumiando gripalmente

Otra vez estoy cambiando. Y siguiendo la ley de la naturaleza, cambio en junio para florecer en septiembre una y otra vez.

Pienso: todos estamos convencidos de que nosotros somos los buenos, la razón es nuestra y lo que hacemos es lo que todos deberían hacer. Todos. Hitler también.

Alguien dijo tenemos dos oídos y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos. No se confunda el verdadero sentido de escuchar con el mero percibir la vibración del sonido en el aire. Escuchar es sentarse y abrirse de manera tal que uno queda expuesto a cambiar de opinión.

Lo demás es pantomima.

(sigan tranquilos en lo que estaban, ya me iba..)



lunes, 14 de junio de 2010

Con el crudo en las bodegas...


Si algo tengo aprendido a fuerza de práctica es que saber cuándo partir es tan importante como dar el primer paso. El humano se agarra a las situaciones y las cosas frenando los procesos, deteniendo las ruedas, perturbando el ciclo de nacer y morir que todo sobre esta tierra lleva en su impronta.
Asi como una debe saber cuándo abandonar a Roberto antes de que el daño que se hagan mutuamente se vuelva irreparable, así fue lo mío con los Rolling Jipis a la luz de los acontecimientos que marcaban que entendíamos las cosas con ojos distintos.
Quizás se conviertan en los nuevos Cadillacs o algo así, quizás el disco reviente en las radios y obtengan el polvo de estrellas que persiguen. La verdad es que en el minuto a minuto yo no pude seguir sintiendo las mariposas en el estómago que necesito para saber que lo que estoy haciendo lo estoy haciendo con el corazón.
Y así, en un pase de magia sin rituales, levé anclas para encontrar tierras más sabrosas para mí a la hora de soltar lo que vibran mis cuerdas.



sábado, 12 de junio de 2010

Libertad, libertad, libertad

Leo en Yahoo una nota (siempre leo todas las pelotudeces de los links. Es un vicio, como rascarse la cera de las orejas o meterse el dedo en la nariz.) que habla del actor que interpreta a Gandalf, Sir Ian McKellen. Dice con respecto a su decisión de haber declarado que ama a otros hombres, "En ese entonces, mi agente me aconsejaba no salir del clóset. Muchos de mis amigos creían que era un acto valiente, pero para mí era simplemente inevitable."

Qué maravilla, pienso. En un acto total de libertad ser exactamente quien uno es, ir hacia la verdad como un disparo de bala, sin eufemismos ni derramamiento innecesario de palabras pensadas.

Derramarse siempre por la vida, respirar el instante y dejar que sea el corazón lo que salga por el cuerpo y la boca.

Decidir sin tener en cuenta los doscientos pesos que pagó por esa conferencia que le resulta un oprobio repleto de egos de elite donde no se siente cómoda ni un poquito así y no siente que pueda fluir con libertad cantando, e irse a la mierda y no volver a las dos jornadas que restan.

Optar solamente guiados por el sentir que nace del propio centro hasta que, alguna vez por fin, no ser uno mismo se nos vuelva imposible.


viernes, 4 de junio de 2010

...

Se oye.

Cuando el río corre, la sangre,

el aire entrando en los pulmones,

el silencio junto a las ventanas, el otoño,

venir el invierno como los cascos de un caballo,

la nieve cocinándose, cociéndose el amor,

su espíritu jovial y su don de elfo o de duende,

se oye cuando me mira.

Y yo no le bajo las pestañas.