sábado, 30 de junio de 2012

Burbuja musical, estrella (nos vemos en septiembre)

Una capucha, un nido, una crisálida, un silencio donde no puedas entrar a perturbarme, a sacudir mis aguas, a quitarme la mansedad que logro cuando cierro ese campo donde se filtra una electricidad que duele.
Canto y me envuelvo, y también me comparto con el resto pero esta vez te ignoro.
Que mueras en mí para morir en vos por fin.
Y resucitar yo misma.


domingo, 24 de junio de 2012

Cómo se viene el inviernito este...

¿Cuál sería en la vida el aliento helado de la muerte? El miedo a que el otro nos olvide.
Morir en el otro.
Por eso no soltamos.
No soportamos ver en el otro nuestra propia muerte.
¿Qué pasaría entonces si uno se amigara en vida con su propia muerte?
Te la tiro para que la vayas pensando, nomás..

Crianza(s)

Ando poseída por Libertad Lamarque, Lolita Torres y La novicia rebelde juntas. Todo eso da el resultado de una especie de Mary Poppins pero de colores encendidos, que anda cantando todo el santo día.
Descubrí en el cantar una canilla. A veces de adentro hacia afuera. A veces desde arriba hasta el centro. Canto en un coro, canto con una soprano que hace un círculo de canto de mujeres, canto adelante de la estufa, en las rondas de candombe, en las reuniones que florecen después de una fiesta en una esquina.
Canto en las casas de mis amigas, de mis amigos, canto cuando algo me golpeó y lo suelto en el aire convertido en un pájaro.
Y ese frenesí que me tiene curando con la voz, también se llueve en la escuela, empapando la jornada.

Ando con los niños cantando por los pasillos cada vez que vamos, cantando cuando pintan o dibujan, cuando tejen, cuando bailan la ronda.
Andamos por mi culpa con sobredosis de canto.

Ellos, como mi china, comparten mi humor chachachesco, ridículo, constante, de ver lo dramático y reírse, de ver lo ridículo y, al burlarse, evidenciarlo para reír juntos con ganas de nosotros mismos.

La mañana de ayer arrancó con el bálsamo del canto desde temprano. El saludo a la Tierra y al Sol, la canción de la semilla, el vals de la orquesta para aprender la tabla del 3, y cuando se armó la fila para ir rumbo a la clase y me planté capitán con la consigna de ir cantando hasta el salón, ví en sus caras ese gesto mío de "aflojá por favor con la cantata". Tentada de risa, les dí libertad para elegir qué cantar. Y en vez de todas las tiernas canciones de farolitos, soles y campanitas, arrancaron al unísono con la canción màs pedorra de Piñón Fijo y a mí la carcajada se me soltó como una bruja, y dando media vuelta, acatando el basta de melosidad que nos da náuseas, encabecé la marcha al trabajo cantando con ellos Chuchu uá.


domingo, 17 de junio de 2012

Ch' iwipacha

Ocho pasos atrás, uno adelante, dos a la izquierda, recalculando.
Una frenada, una pausa, un cruce, una clase magistral, un sacrificio, una risa de mí, una risa con ellos, una risa con él, un desencuentro y un encuentro otra vez, tibiecito, cotidiano, como pan de cada día, en algún rincón de la diaria jornada, por un solo camino, de una sola manera, con la paciencia que florece de disfrutar la tarea.

Averiguando quién soy mientras sé que llegará la primavera.


domingo, 10 de junio de 2012

En otras vidas fui sirena, soldado templario, alguna Juana, monja de clausura, caballero leal, reina madre, bruja solitaria, mujer sacrificada, hombre sabio.
O tal vez fui todas esas vidas en esta.
Alguna vez tuviste una época en la que varias de tus pesadillas de la vida se iban concretando violentamente frente a tu nariz, de a una en fila? si querés, te cuento..

miércoles, 6 de junio de 2012

Yo voy con mi farolito II

Hoy andaba en bicicleta debajo del aguanieve casi llovizna.
La nariz me pinchaba de frío, las mejillas rojas de pedalear contra el viento, soplando humo como un dragón en pausa.
Adelante el cielo era un dibujo de nubes sobre nubes, blancos y grises, y cada tanto una esperanza celeste.
Pensé en el maestro Martín, en el sentido del humor que comparto con él, y así mirando el cielo, pensé en mi viejo.
¿Por qué no pudimos ser esos que se reían juntos, esos que hacían los mismos chistes, papá? le pregunto mientras imagino con él esas risas que tengo con el maestro.
Me pasó una nostalgia finita que me hizo llorar un poco más de lo que me estaba haciendo lagrimear el frío. La ola de calor esa que provocan la tristeza, o el dolor, esa que sube por la garganta y sale por los ojos de a gotas.


De pronto pienso en ese que ahora me ocupa el pensamiento haciéndome florecer verdades sobre mí misma, ese con el que me pongo a prueba todo el tiempo. Recuerdo una escena nuestra bizarra e hilarante en donde me mostró mi gen dramático asturiano y ese gusto morboso por el dolor, y me reí a carcajadas de mí misma.
Mi vida con el varón ha sido.. un quilombo importante.
Yo con el varón fuí un quilombo importante.
No quiero más. De esa versión de mí no quiero más.
Siento que voy manejando un Scania por Panamericana y quiero agarrar la salida, el atajo correcto para cambiar la historia de siempre, para siempre.
Nunca más enterrar los sueños y la alegría. Hacerla florecer en el encuentro.
Permitir que se de cada encuentro naturalmente como se da respirar. Ser yo siempre la misma yo en todas las que soy. Vivir en la serenidad de andar más que estar pensando por dónde ir.
Y mientras tanto, y a consecuencia, y por sobre todo, la vida, eso que yo puedo dejar en el mundo, lo aprendido.
Y todo lo que hago, hacerlo por amor.
Y todo lo que no hago, no hacerlo por amor.

Seguir creyendo en las revoluciones.
En eso ando.




domingo, 3 de junio de 2012

Tiempo de siembra

Tiempo de silencio. De ir rumbo al invierno a madurar lo vivido, el fuego de la próxima semilla.
Tiempo de siembra, de frío, de noches largas con fuegos, de largas noches oscuras.
Tiempo de plantar la semilla de lo que quiero ver crecer en primavera, de la que puedo ser.
Tiempo de batallas peleadas a brazo partido en el agitado mundo de mi corazón, de retiradas interrumpidas, de muertes que suspenden en el aire la vida toda en una burbuja de tiempo.
Tiempo de elegir la vida que decido, y decidir lo que elijo, sacando de la tierra los yuyos que no prosperarán y entorpecen el camino.
Tiempo de sembrar palabras verdaderas y limpiar de tonterías el aire que respiro.