Alisa juega a las cartas de Ben 10, es de Boca Juniors, comanda los juegos del recreo, tiene más fuerza que varios de ellos, es pecosa y no soporta a su mamá que limpia todo el día. Todos se desviven por sentársele cerca y ninguno confiesa estar perdidamente enamorado, aunque las miradas los delatan.
Van a crecer, y en unos años correrán detrás de culos plastificados, tetas de push up e insípidas conversaciones de bocas delineadas mientras Alisa se preguntará en secreto por qué nadie la saca a bailar. Y ellos preferirán no correr el riesgo de incendiar sus corazones amando a una chica que, de tan parecida a ellos, casi podría llegar a hacerlos felices.
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