Venía leyendo los mails de mi casilla y me encuentro en uno con un link a youtube. Lo toco y salgo disparada derechito hasta Facundo Cabral.
Cuando era chica, en la casa de mi viejo se lo veía y escuchaba muy seguido. Pululaba siempre por el programa maratónico que tenía Badía los sábados. Mi viejo lo amaba y lo escuchaba con atención, y a mí se me hacía sorpresa verlos tan parecidos físicamente. Como mi viejo era (y es)casi siempre una ausencia, yo escuchaba hablar a Cabral mirándolo como si fuera mi papá metido dentro del televisor.
Como suelo hacer siempre, a partir de un inocente link desato una locura y me voy saltando de título en título a encontrar todo lo que puedo relacionado con lo que ví, siguiendo un caminito hasta que me topo con lo que no sabía que buscaba pero por fin encuentro.
Escucho hablar a Cabral en programas venezolanos, miamienses con acento cubano, españoles; lo oigo contar de su vocación de trotamundos, del mágico encuentro en un bar con la que fue su única esposa y madre de su hija, muertas ambas en un accidente aéreo cinco años después de aquél encuentro; lo escucho contar cómo la madre Teresa lo salva de la tristeza invitándolo a trabajar con ella en un leprosario; lo escucho hablar de la libertad, del desapego. Escucho y espero que su destino de padre virtual le haga entregarme una palabra sabia, plantarme una pregunta, soltar una pista.
Y de pronto, en una entrevista, lo escucho:
" En Guatemala hay una comunidad indígena, descendientes del maya, que al irse a dormir por las noches, en vez de decir hasta mañana, me voy a descansar, dicen: me voy a ensayar la muerte. Entonces pienso..¿y si la vida fuera tan sólo lo que va de la mañana a la noche? ¿y si esto que llamo dormir es una muerte pequeña? porque al fin y al cabo, tampoco sé si la otra dura un segundo o es eterna.. entonces, eso significaría que tenemos 365 vidas por año.. ¿quién me dice entonces que no puedo empezar de nuevo? Todos los días hay una posibilidad extraordinaria de irse o de quedarse."
Y con esas palabras que me dan vueltas como lunas, me quedo mirando la lluvia por la ventana.
Es por eso por lo que nunca he tenido miedo a la muerte: cada día que me acuesto sé que me desaparezco de mi misma. Y no sé si es para siempre.
ResponderEliminarMe gustaba escucharlo cantar "Vuele bajo"...
ResponderEliminarcierta vez, en una playa de gesell, me confundieron con facundo cabral.
ResponderEliminarsiempre me pareció un personaje raro.
un beso.
Mariajesús: no sé si tengo o no miedo a la muerte. Tengo más miedo a estar muerta en vida..
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