martes, 23 de marzo de 2010

Ensalada waldorf


En casi un mes entero de clases, un verano de mates bajo la morera y cien abrazos de maestro, aprendí:

* Que un colibrí es una señal de que vas por tu camino.

* Que treparse a un árbol es el sano juego que deben practicar los niños.

* Que los recreos no los marca el reloj; los pide el cuerpo.

* Que una tarde planificando juntos y dibujando en el pizarrón me parece la manera más romántica en la que se puede pasar una tarde.

* Que un salón de clases debe tener el calor de la cocina de una casa en donde se toma mate.

* Que reír es algo que no sé si ellos aprenden de mí o he aprendido yo de ellos.

* Que hay que ser definitivamente un loco para tener tanta fe en que se puede cambiar el mundo enseñándolo mejor. Y que yo lo soy.

* Que empezar la mañana con dieciocho pares de ojitos esperando que los maraville es el mejor trabajo del mundo.

4 comentarios:

  1. Claro que sí!
    En otra vida seré maestra.
    De pelo colorado y risa predispuesta.
    Besoo!

    ResponderEliminar
  2. Claro colega, claro que si, que así sera y conociendote se que llegaste adonde perteneces. Una alegría verte ahí y una suerte para todos esos corazoncitos. Un beso y disfrutalo mucho hciste un largo camino y parece que llegó el tiempo de la cosecha, no? Salute colega

    ResponderEliminar
  3. De acuerdo en todo.

    Me alegro de que hayas llegado a donde querías, aunque eso suponga que escribas menos en el blog.

    ResponderEliminar
  4. tus post sobre los crios son como un mimo dulce...

    ResponderEliminar