miércoles, 6 de junio de 2012

Yo voy con mi farolito II

Hoy andaba en bicicleta debajo del aguanieve casi llovizna.
La nariz me pinchaba de frío, las mejillas rojas de pedalear contra el viento, soplando humo como un dragón en pausa.
Adelante el cielo era un dibujo de nubes sobre nubes, blancos y grises, y cada tanto una esperanza celeste.
Pensé en el maestro Martín, en el sentido del humor que comparto con él, y así mirando el cielo, pensé en mi viejo.
¿Por qué no pudimos ser esos que se reían juntos, esos que hacían los mismos chistes, papá? le pregunto mientras imagino con él esas risas que tengo con el maestro.
Me pasó una nostalgia finita que me hizo llorar un poco más de lo que me estaba haciendo lagrimear el frío. La ola de calor esa que provocan la tristeza, o el dolor, esa que sube por la garganta y sale por los ojos de a gotas.


De pronto pienso en ese que ahora me ocupa el pensamiento haciéndome florecer verdades sobre mí misma, ese con el que me pongo a prueba todo el tiempo. Recuerdo una escena nuestra bizarra e hilarante en donde me mostró mi gen dramático asturiano y ese gusto morboso por el dolor, y me reí a carcajadas de mí misma.
Mi vida con el varón ha sido.. un quilombo importante.
Yo con el varón fuí un quilombo importante.
No quiero más. De esa versión de mí no quiero más.
Siento que voy manejando un Scania por Panamericana y quiero agarrar la salida, el atajo correcto para cambiar la historia de siempre, para siempre.
Nunca más enterrar los sueños y la alegría. Hacerla florecer en el encuentro.
Permitir que se de cada encuentro naturalmente como se da respirar. Ser yo siempre la misma yo en todas las que soy. Vivir en la serenidad de andar más que estar pensando por dónde ir.
Y mientras tanto, y a consecuencia, y por sobre todo, la vida, eso que yo puedo dejar en el mundo, lo aprendido.
Y todo lo que hago, hacerlo por amor.
Y todo lo que no hago, no hacerlo por amor.

Seguir creyendo en las revoluciones.
En eso ando.




1 comentario:

  1. Las revoluciones estàn entre nuestras manos (como siempre)

    Y sí, que lindo es el presente cuando se lo abraza fuerte.

    Saluditos.

    ResponderEliminar