domingo, 29 de agosto de 2010

Pensamiento lateral: (¿Habrás encontrado las migas que tiré para que logres encontrarme? Tanto confío en el viento que me niego a dejar piedras.)

jueves, 26 de agosto de 2010

Así.


Hoy no estoy encendida. Más bien tengo un resplandecer sereno, como las brasas entregadas a arder en el descanso que le sigue al haber sido llama abrasadora.
Espero el viento. Espero el viento como otros esperan el agua.
Hoy no quiero tomarme el trabajo de encenderme. Ardo, crepito, aquí, parte del universo, pero no encuentro motivos para volverme llamarada.
No es tristeza sino más bien hastío. En este andar de novia con el mundo, me cansé de empujarlo.
No se lo dí todo todavía. Sigo siendo un volcán, una selva, un templo.
Pero hoy me cansé
de los oídos sordos
las manos cerradas
las bocas repletas de palabras necias
la importancia personal
la brusquedad
la tozudez
la estupidez
la soberbia de los insignificantes
la arrogancia generalizada
la desconfianza como norma
la doble cara
y de esta agotadora tarea de ser yo.

Y te lo digo mirándote derecho a los ojos, mundo pedorro: de ahora en más, si querés carnaval, vas a tener que laburar apretando este pomo.

Listo.

lunes, 23 de agosto de 2010

Reverberaciones



En las tardes tempranitas de mis seis o siete años recorría las casas mientras todo, todo el mundo, en el verano de enero de las tierras del norte del conurbano, dormía la siesta. En mi calle que era calle sin salida (ahá..), todas las puertas vecinas estaban abiertas. Éramos los hijos de todos, los nietos de todos, entrábamos con hambre a todas las cocinas y los panes con manteca y dulce de leche nos decoraban las caras sentados en el cordón de cualquier vereda.

Cuando las dos de la tarde soporizaban el mundo, el movimiento literalmente desaparecía, los negocios cerraban, las cocinas estaban limpias y las noches prometían ser bellamente largas. La vida se rendía a la frescura de unas sábanas para entregarse al ritual de la siesta con tanta confianza que entonces el aire entraba por las puertas abiertas.

Pero yo jamás dormía.

Todo era silencio de voces y sonido de pájaros y vientos tibios agitando las copas pesadas de los paraísos en las veredas. Yo miraba al pasar de la calle a la cocina (o viceversa) los dormires de mis abuelos en el cuarto en semipenumbra, lo blanco de las sábanas y esas basuritas que flotan en el aire cuando el sol cruza las ventanas abiertas.

Todo dormía. Yo vagaba por la casa. O miraba hormigas. O buscaba gente en los balcones lejanos que estuviera en alguna situación como la mía.

En estos últimos tiempos siento sobre el mundo y mi cuerpo una soledad tan infinita como la de aquéllos días..


miércoles, 18 de agosto de 2010

Presagio de primavera


Septiembre se revela
en la verdad de los sonidos matinales que ya cambian.
Ahora son de gorriones que se llaman
se anuncian.

Despiertan las semillas
bajo la tierra todavía fría
con la fuerza suficiente como para abrirse camino hacia el sol que las reclama.

A veces siento que también yo despierto.

Y no me animo con él al silencio.
Hay cosas que en el silencio se vuelven inevitables,
se dejan llevar como ríos,
sólo a veces,
sólo con quiénes.

Miro y es una manada
y de todos ellos sé que será solamente uno
pero podría ser cualquiera.

Y también podría ser ninguno.

Él siempre está al borde de que lo asesine.
Él saca lo peor de mí.
Él no está disponible.

Y el silencio, las pocas veces que ocurre, es un atardecer sentados en el colectivo cuando septiembre empieza a ser octubre y los naranjos.

lunes, 16 de agosto de 2010

Para el bolsillo del caballero


Continuando con mi tesis sobre cómo dar por tierra con cualquier vestigio de coraje que impulse a un muchacho a invitarme un café, me despacho a gusto enunciando, una vez más, desde este humilde espacio mío, lo que se me viene en gana (o se me canta en el orto, como más le guste, sea libre) porque es mío.

Que la mierda sea habitual no significa que esté bien.
De la misma manera (siguiendo con la línea derechita del pensamiento mismo) que todo el mundo ejerza una conducta similar en algunos aspecos no no significa que eso mismo sea lo que HAY que hacer.

No lograrán convencerme, a fuerza de banalizarlas, de la intrascendencia de las cosas trascendentes.

Compartir el cuerpo con alguien más tiene que ser, a mi entender, una experiencia diferente al onanismo. Sin conexión, muchacho/a (s), no es posible el erotismo.
Hay cosas que no deben dejar de ser un arte para pasar a ser un mero deporte. Porque cuando todo se banaliza, nada satisface. Ahí es donde el agujero negro se vuelve inllenable.
El sexo no es una necesidad fisiológica, no me rompan las pelotas. Los seres humanos pueden mover fibras más finas que las puramente químicas del reino animal.
No estoy hablando de romanticismo barato, sino de encontrarse unas con otros (o la variedad que le guste citar).

Entonces, digo yo recordando tu cara de banana mientras me sugerías que me trepara a tu somier:
¿Qué loca convicción te hace suponer que siendo todo lo jodido, irónico, desconsiderado, desagradecido y ácido que se puede ser, tenés la mínima posibilidad de despertar en mí algún tipo de deseo?
¿qué me viste, cara de grupi, boludo?
No hay nada más descalentante que un tipo que no mira otra cosa que su ombligo, no logra recordar el nombre de ninguna chica y no sabe compartir un silencio. Ningún talento compensa un corazón helado.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Milagros


Ella venía caminando por el patio, con su metro y apenas algo, con ese cómico bamboleo de diva pequeña, golpeando una contra la otra las dos fuentes de redondo metal en las que su papá nos convidó hoy la merienda.

(Es la más caprichosa de todas las diminutas leidis de mi clase, puede convertirse en un minuto en la pesadilla de todo maestro, la que deambula por el salón de clases provocadoramente para empezar una carrera que le quita a cualquiera todo vestigio de autoridad. Y en sus ojos reluce una dulzura infinita, un alma de reina madre compasiva, y te suelta en la cara verdades como bifes, y te deja noqueada pensando la vida..)

Ella venía caminando y yo la miraba venir como todos en la puerta de la escuela, agolpados intercambiando saludos y noticias de la jornada de clases. El ruido de las asaderas golpeándose resonaba claro en el barullo festivo de la salida y la atención de todos se sentía levemente reclamada.

(Los chicos habían preguntado por Iván. Finalmente llegaron a la conclusión de que algo en él era diferente. No es sencillo explicar el autismo cuando yo misma no tengo totalmente claro de qué se trata. Entonces, en el afán de darles una imágen para comprender, les dije que Iván todavía no había encontrado el camino para encontrarnos. Caras de comprender perfectamente, tasa-tasa, y a la mañana siguiente, mientras preparo la merienda, ella viene y dice lo más fresca - Yo creo que para que Iván pueda encontrar el camino para encontrarnos somos nosotros los que vamos a tener que entrar en su mundo y encontrarlo a él-, y se queda mirándome como si yo pudiera volver los ojos a mis órbitas y darle una respuesta.)

Ella venía caminando y haciendo sonar fuente contra fuente y cuando estuvo en el medio del tumulto de la salida, en lugar de cantar el payaso plin plin o decir "paso a la reina" soltó:

Escuchad, escuchad el resonar de la conciencia

y nos dejó pasmados.

lunes, 9 de agosto de 2010

Reflexiónlogía




"Yo lo que quiero es encontrar un dinosaurio, un meteorito, una cueva que sea la más grande de la Tierra" (Ricardo Iorio, Rolling Stone)


Yo lo que quiero es cantar todas las canciones, explicar el mundo, probar todas las frutas, encontrar un lugar en donde la vista sea siempre la que me hace latir el alma como un río, proyectar mi sombra sobre esta tierra con la cara al sol y el corazón gustoso, hacer un descubrimiento, comprobar una hipótesis, aprender algo nuevo, encontrar un continente, cantar con dosmil personas una misma canción, conocer gente viva, escribir un libro gordo, esperar a la muerte andando a caballo, explorar los días de septiembre en bicicleta, conquistar calles desconocidas y puentes olvidados, pasar corriendo o mejor volando, elegir cada vez, celebrar los encuentros, andar los caminos que tengan corazón.

Nunca más sentir que estoy esperando.

lunes, 2 de agosto de 2010

Volutas




Con alguna gente, las cosas son fáciles como agua, cómodas, gustosas.
Con otra es un eterno partido de ajedrez.
Hay gente sosa que te hace bostezar y perder la atención detrás de cualquier otra cosa que no sea su diatriba sobre el monotributo o algo así.
Hay gente que te provoca ser vos misma en tu versión hardcore, que tanto puede ser para el lado criminal como para el apasionado.
Hay otra que gira en falso y se cae siempre en el mismo lugar.
Hay gente inolvidable.
Hay gente imperdonable.
Nadie es imprescindible.

domingo, 1 de agosto de 2010

Sábado en el living








Tenemos ganas de ganarle al invierno permanente del carácter y templar las cuerdas del corazón. Abrimos la puerta que da al patio con parrilla para salir a jugar. Con un buen fuego, muchas manos y algunas botellas de tinto de corazón añejo, sale esto y se desparrama por una noche fría de julio, la última.
¿Se puede pedir algo más? (Si.. un vestido y un amor)

Click y nada más que ponerle orejas.


Fogo e paixáo by chicapasacontambor


Mundo entero sambado by chicapasacontambor