jueves, 30 de octubre de 2008

AVISO IMPORTANTE:
Estoy por demás verborrágica. Sépan disculpar. Es la onda encantada de la estrella amarilla..

Pieza faltante

Él no tenía sentido del humor.

Yo debería haberlo notado cuando no se rió de aquél chiste sobre el lavarropas, pero lo dejé pasar.

Me salió caro.

Hay cosas que uno perdona en el otro que no debería justificar. Generalmente ésos pequeños detalles son los que crecen como tumores en la relación. Y la echan a perder.

Yo creía que no había vida sin él. Y fue con él cuando no hubo vida. Casi me dejó vacía.

Y ahora que de nuevo, de a poco, otra vez me llené de todo y de más, lo que no le perdono es que no logro encontrar la confianza por ningún lado.

Será que éso es lo único que alguien me tiene que devolver..

Perfume


Recuerdo la primera vez que olí a mi hija. Fue un olor muy familiar que inundó mi casa y mi vida durante un tiempo de meses.

Olor a piel, a carne, a algo mío que trascendía la máscara del jabón y el gel perfumadito del pañal. Un perfume que me obligaba a apoyar muchas veces mi nariz en su panza, sus manos, su frentecita.

Alguien debería envasar esa esencia para las veces en que el dolor se vuelve insoportable.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol..(parte cinco)

Horror latino.
Todo el mundo en cualquiera. Una energía rara, medio picante. Algo no conectaba. Me rodearon de parlantes, me escondieron en guitarras, todo me causaba gracia con semejante vibración en el cuerpo, pero nada. Como cuando perdemos los partidos del mundial arañando las copas.


¿Será que a todos nos deprimió el tema que los Cadillacs reversionaron en cumbia villera...?

martes, 28 de octubre de 2008

Leer con atención antes de comprar

Soy un cuaderno nuevo, una frazada de polar, un fanal con una vela encendida, un vino, un sugus confitado de ananá, un viento en el pinar de villa gesell, un beso en la frente, un beso en la espalda, una cama un domingo a la tarde, un recuerdo cálido, una nena que espera salir de paseo, una selva amazónica, una montaña de corazón líquido, un cielo celeste, una pregunta, una bocona, una yegua, una madre, un pañuelo, una chispa de luz, un universo que no termino nunca de explorar.

Guarda...

miércoles, 22 de octubre de 2008

Anochecer de un día agitado



Hoy tengo muchas cosas en la cabeza y nadie con quién charlar. Mejor así. Domino mejor ésta forma de conversar, menos impetuosa que tenerme enfrente sin parar un minuto de mover las manos y revolear los ojos mientras hablo.


Estoy pensando desde hace un rato en alguien a quien quiero ver pero no voy a hacerlo. Y pienso que no voy a hacerlo porque aprendí desde mi propio deseo que no se desea lo que se tiene. Se desea lo que no. Empiezo a comprender esta pequeñamente morbosa relación de los seres humanos y el dolor. Eso que pica.


Pienso que alguna vez esa relación con el dolor tiene que terminar. Y dar lugar al increíble placer de decir exactamente lo que se siente, ése segundo en que la boca y el corazón se conectan y uno dice nada más que la verdad. El instante mágico en el que el suicida, sorpresivamente, remonta vuelo.


Pero a la gente no hay que matarla de un síncope. Entonces, juego.


Pero el ancho de espadas lo tengo yo.

martes, 21 de octubre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol (parte cuatro)

Llovía como la ostia, se caía el cielo literalmente esta mañana. El recuerdo del paupérrimo ensayo de la semana pasada me hizo flaquear y llamé a Dani para confirmar si había banda a pesar del temporal."¿Y por qué no iba a haber?" me contestó socarrón. Qué distinta es la realidad del que tiene auto..

No hay nada que me guste tanto como empaparme en una lluvia de día de calor. Me subí a la bici y me fui por Florida hasta la estación.
El galpón era la inundación misma. Mientras pasaban los secadores peinando agua hasta las rejillas, Pol ya tenía el sonido armado y andaba dale que dale con la guitarrita. Seba jugaba con tres surdos y todo el tiempo sonaba un samboncito de fondo, de esos chilingosos, mientras cada uno entraba en su frecuencia.
Fui por el mate. Ya estaba listo. Buena señal.

Y estaban las letras, y afuera llovía, y empezamos con algo, y el reggae, y la bossa, y el mate y Raulo y Pol que me cambia las letras, y "vámonos ahora antes de que decaiga!!", y aparecen las voces, la risa, la risa. Y se armó. Algo se armó. Eso que no es fácil, eso que si no sale, no saldrá nunca.
Desalojamos con la sensación de tener la panza llena.
Afuera el cielo iba asomando celeste.
Yo seguí cantando todo mi viaje de vuelta en tren.

jueves, 16 de octubre de 2008

Clasificación de las mujeres de un universo naranja parte dos




Una mujer naranja puede brillar de jóven con su color naranja, pero por lo general sólo muestra destellos. Naranja es el color que toman las hojas de un libro que va envejeciendo, llenándose de manos que acarician sus letras, mirado por mil ojos, pensado si está lejos de las manos. La naranjez de una mujer asoma por los ojos y se enciende a medida que recorre su camino, el propio, el único; cuando se entrega a ser quien es y revienta de risa al mirarse en el espejo de su insignificancia, que es lo que la vuelve poderosa.
Fue perdiendo la vergüenza en el camino y no desaprovecha ningún momento de saltar a cometer una locura. Se sube a un escenario, canta, baila, mueve con gracia sus cachetes con delay. Ya sabe que el cuerpo es una gasa que tomará la forma de su esencia para volverse hermoso cuando hermosa se sienta.
No sabe lo que quiere, pero ya aprendió lo que no está dispuesta a tolerar. Y su tolerancia es corta.
Si quiere, quiere cosas, pero a la gente la ama. Sin condición, sin restricción.
Que los dioses te premien cruzando en tu camino una mujer naranja.

Y te amparen.




miércoles, 15 de octubre de 2008

Aviso importante

Sentáte y leéme de una sola vez.

A veces me comporto como una viuda negra. La intimidad me provoca unas ganas locas de asesinar a mi compañero, eliminarlo del mapa, devorarlo sin dejar rastros ni testigos. Un brote de ternura que me aflora me pone de un humor violento, me inquieta, me enoja, me sulfura.


No es tu culpa. Ni la mía. Es el vértigo, el terror que me da sentirme vulnerable.

Por las dudas, no me llames.


domingo, 12 de octubre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol..(parte tres)

Pol Neiman dijo algo por acá el otro día, algo que yo todavía no había conectado en mis pensamientos. La Chilinga y el tren.

Vale decir que el tren es una parte importante de mi vida. Mi casa estaba cerca del tren. La estación Mitre, su puente de hierro rojo, la feria, la placita, sus durmientes, todo anda dentro de mis recuerdos y me hace ser de una forma particular.

La gente que viaja en tren es diferente de la otra gente. El universo de los trenes tiene una mística distinta a la de la calle y los colectivos, otros tiempos, un sabor a antigüedad o a jipi patasucia, como diría mi cuñada.

La Chilinga tiene mucho de eso. Su gente tiene mucho de eso. Ése tiempo lánguido para las cosas, que a veces puede ser exasperante, ésa despreocupación de dejarse llevar en un vagón sin saber la cara del maquinista, que bien podría ser un loco o no existir.



La Chilinga hace sus nidos cerca de una estación. Martín Coronado, Saavedra, Gascón. El sonido del tren se asemeja al sonido de las batucadas, medio murgonesco, desprolijo y con pasión.

Cada cual en su mundo, en su historia, vamos de a grupos en el mismo vagón sin destino preciso, por el sólo placer de hacer nada importante, pero ciertamente vital: ser felices sin ninguna utilidad práctica.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol...(parte dos)

De a poco la gente franca va mostrando su mapa. Como Pol Neiman, el mostro. Llegué a la banda en pleno proceso de cumbia colombiana, el clima era algo tenso y Pol andaba como indispuesto. Pero en la maldad encontramos una complicidad cariñosa. Se ríe de sí mismo. Éso es una marca particular.



Noe y su fiaquez eterna, me sigue en todas las boludeces que le pido mientras le acerco un pandeiro. Me gusta tanto bailotear y cantar mientras ella toca.


Raulo, il capo, el padrino, el superhéroe, el grosso, gigante de la bombonera, mi amigo que siempre será como Peter Pan. El martes ni siquiera se tomó la molestia de tocar el bajo de pie. Y sin sacarse los lentes de sol cortaba el ensayo para pedirles a los tambores que tocaran más bajo, si no no podía escucharse a sí mismo. Raulo es inimputable.
Otros están todavía a cierta distancia prudencial.

Y mientras algo se abre y florece, y los camiones pasan por Huidobro completamente ajenos a lo que se cocina en el galpón, la banda sigue tocando.

martes, 7 de octubre de 2008

Me fui de casa a tocar rocanrol.. (parte uno)

Los ensayos de los martes en saavedra tienen gusto a ritual, como ésos de comerse un Havanna con una amiga en el bondi o tomar mate con tu abuela en la vereda.
Ya de movida salir de la escuela a las dos es como un portal a otra dimensión. La tarde era nada más que un recuerdo de mi infancia, y ahí está otra vez con sus estaciones de tren, su siesta y sus paraísos en la vereda. El tipo de la boletería de la estación Cetrángolo es el hombre invisible para mí, pero detrás del espantoso vidrio espejado (que me hace sentir una boluda autohablándose) siempre me dice "Muchas gracias, sos muy amable. Que tengas una hermosa tarde." Y a mí, que me encantan las cosas que huelen a señales, me encanta.




Embocarle al furgón es una aventura. No logro descifrar cuál es la lógica que motiva su azarosa ubicación, y termino siempre corriendo temerariamente con la bicicleta por el andén hasta alcanzarlo. Ahí adentro, casi siempre somos los mismos. Nos reconocemos por las bicis y hacemos el viaje en respetuoso silencio de ascensor. Mientras viajo ando paveando con la camarita del teléfono y llamo la atención. O serán los anteojos. O estas rastas de Bob Patiño. O yo.

lunes, 6 de octubre de 2008

Gente jodida



La gente jodida no es fácil de identificar. Ésta es justamente una de las cualidades más jodidas de la gente jodida.


Al menos una vez en la vida uno comparte algún espacio con una persona jodida. Es una situación particularmente dada en el ámbito del laburo, en donde ya uno está bastante jodido de por sí haciendo algo nunca bien remunerado que le resta tiempo al placer.


Andar por la vida cerca de alguien jodido exige una atención casi permanente de los movimientos del otro, a ver dónde va a poner la próxima trampa para cagarnos el día.


La gente jodida sonríe mientras marca un número de teléfono que nos complicará la vida, esconde información, desparrama mentiras y gusta de ver cómo los demás se hunden gracias a su fétida intervención.


Desde mi humilde espacio, le deseo a toda la gente jodida no menos que un buen par de hemorroides.


Amén.

jueves, 2 de octubre de 2008

Soy un emmo


Uno o dos días al año me dejo ganar. Casi siempre es entre septiembre y octubre, cuando el envión que vengo trayendo desde enero pierde velocidad. Entonces una tristeza pesada me sube por las piernas hasta la cara, me opaca los ojos y me aplasta un poco contra el colchón. Dejo salir todo el dolor acumulado hasta desangrarme. Creo que ya ni siquiera es mi dolor lo que sale. Lloro penas ajenas con las mías. Penas de los chicos que me dejan cuando los abrazo, penas de mi hermano, de mis viejos, penas de mis abuelas, de amores de otros, de desencuentros, tristezas que nadie admite y le dan a mi corazón una afinación particular que me hace cantar el tango como si supiera.


Solamente después de abrir esas puertas escondidas logro entregarme con furia a la primavera.