martes, 29 de octubre de 2013

Declaración de principios

Yo soy una miedosa en rehabilitación.
Yo tenía miedo de todo.
De todo.
Hasta de mí.
Pero un día fui capaz de dar a luz, de albergar otra fuerza dentro de mí, de abrirme para dejarla atravesarme y llegar al mundo. Y con ella sobre mi falda, mirando sin perder de vista cada uno de mis pasos, el mundo se volvió más aterrador. Ahora también tenía miedo de equivocarme. De enseñarle el mundo mal.

Yo no quería que aprendiera de mí a esconderse en el canasto de los juguetes, a llorar hasta no poder hablar, a convertirse en alguien que no sea, a obedecer, a escapar. Pero para poder enseñarle otra cosa, no me quedó otra que empezar a aprenderlo.

Tengo tanto miedo que cuando tengo que tomar de la mano a alguien más por un rato, queda mi palma helada y transpirada, pero insisto.

La vida me obliga a insistir, y tomo el envión con el aliento comprimido y para arrojarme, por adentro canto. Porque en algún lugar leí que el odio retrocede cuando los hombres cantan, y cantando me olvido del terror que me causa defender lo que siento verdadero, aunque ladren, aunque acosen, aunque amenacen y esgriman sus voces en gritos o en verborragias.

A mi me educó una cultura reinante en el proceso militar en el que treintamil personas desaparecieron en el medio de un país que eligió no mirar.
Yo bebí el miedo en cada café con leche, en mi casa, en la escuela, en el juicio de los vecinos, en un tiempo en que el hombre de la bolsa era real, y se llevaba, en el mejor de los casos, solamente a tus padres, a punta de fusil y falcon verde.

Yo vi morir a mi padre escupiendo mierda, literalmente. Repleto de odio, de desamor, de soledad, de su enorme y oscuro miedo a la felicidad.

A mí no me va a pasar.
A mi hija no le va a pasar.

4 comentarios:

  1. El miedo es esa cruz que nos quedó de la "buena educación". Creo que nos vamos sacando de encima esa piel de plomo. Un abrazo.

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  2. Y no hay que dormirse, porque el miedo se nos disfraza de prudencia, y cuando nos damos cuenta, estamos entregando el alma.
    Celebro tener por fin en mi país un tiempo y un espacio para poder recordar qué es la libertad.
    Un abrazo!

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  3. el miedo que nos impide ser, el miedo que hay que vencer cada día, momento, la amenaza que no nos aprueben , el miedo de quedar por fuera, hay que vencerlo. y esto lo escribo hasta con miedo. jajaja.

    Gracias a la vida que nos queda la risa, la danza el canto pata virar hacia los vientos de libertad.

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  4. Yo también tengo miedo, un miedo frio que se me ha metido entre los huesos con el pasar de los años y entonces tengo más miedo de que siga creciendo y hago como vos, extiendo la mano a la fuerza y queriendo dejar de temer.

    Hace unos días leí esto: "Un fuerte egoísmo preserva de enfermar, pero al final uno tiene que empezar a amar para no caer enfermo." Freud.

    No hay más remedio para el miedo que perderlo y amar, a los otros, a la libertad, a uno mismo.

    Abrazo.

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