jueves, 28 de agosto de 2008

Formalmente.

Te acuso de atravesarme todo el sistema defensivo con una canción.
De alborotarme la mañana, de que llega septiembre, de robarme la última sombra. De prometerme días felices, de besarme en el pelo, de oler como mi barrio, de pensarme.
Te acuso de robarme la tranquilidad, la pena, pero no la nostalgia. De devolverme las mañanas, de ponerme bonita, de apretarme los recuerdos, de salvarme, de abrir una ventana, de entregarte.
Te acuso de soltarme por fin en el viento, de sacudirme, de cachetearme, de dejarme hundir la nariz en tu cuello, de explorarme los poros y las voces, de sembrarme música, de desearme, de cortar con mano firme la tela de mi propio deseo y liberarlo. De borrarme las marcas, de quemarme las manos, de encenderme, de hacerme recordar la sed, de prestarme tu nombre, de robarme la memoria, de abrazarme.
Cuál será tu condena..

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