
Yo creo en las revoluciones.
Las revoluciones no las hacen los que se dejan ganar por el miedo. Porque, ante todo, una revolución es esperanza.
Yo confío en aquello que aún no es visible al mundo, pero ahí lo veo. Ver lo bello.
Pregonamos que el amor es la fuerza transformadora, pero al primer tropezón se nos da vuelta y nos vuelve a ganar el miedo. Hay que tomar el desafío de seguir mirando con amor sin condiciones. Ver, y amar lo que se ve, luz que también es sombra. El desafío es mirar con amor a quien nos provoca miedo y sostener esa mirada.
Y ando en eso.
El miedo es la parálisis de cualquier avance, progreso, revolución. Dije algo novedoso que no entendieran ya, los que tienen como arma el miedo?
ResponderEliminarQue sea para bien.
ResponderEliminarUfff la revolución del amor.
ResponderEliminarComo le reculo a veces... que cada vez me de más coraje, que cada vez duela menos.
Es que el amor no duele, duele el desamor...
igual, el miedo, frente a frente, igual... es jodido.
Saludos desde Mundo Aquilante!