domingo, 4 de marzo de 2012

Manada


Para tocar candombe hay que tener memoria de lo propio y de lo ajeno, de lo mínimo y lo inmenso. Esa memoria colectiva es la fuerza que enciende el espíritu y aúna los sonidos.
Por adentro hay que estar todo abierto, dispuesto al amor, entregado. Así es como el son de la Tierra sube por los piés y sale por las manos, y todos los tambores son un tambor que canta, y el candombe entonces fluye, flota, sube al cielo.

Es la cadencia del agua del río lo que le da el compás, los viajes eternos en las bodegas de los barcos de esclavos. El candombe, para que suene, hay que navegarlo.

Por esas mágicas leyes de la vida, la ley de atracción te va llevando; los tambores se hablan a lo lejos, emparejan su vibración en el aire, y así empiezan a aparecer los compañeros para tocarlo. Cuando se produce el encuentro, el ser se vuelve tambor para escuchar lo que dicen los cueros, y el diálogo sucede verdaderamente.

Entonces el candombe ocurre.

2 comentarios:

  1. "el sonido de cada tambor es la primera manifestación de la Fuerza Suprema, anterior a la música.Para constituir el todo es necesario la union en armonioso equilibrio de los tres sonidos, solo entonces la música resultante se convierte en poderoso transmisor de energía, capàz de tocar en profundidad las emociones humanas, de ser una fuerza curativa, una fuerza favorable al verdadero bien."
    dice Luis Ferreira en "los tambores del Candombe...y menos mal que lo dice un antropólogo reconocido en el ambiente, porque si lo digo yo me acusan de jipi de la nueva era!
    abrazo!

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  2. Ahora te van a decir jipi de la nueva era pero documentado! jajajaja
    (y seguiremos sonando..)
    Abrazo, amigo! qué lujo compartir el candombe con usted!

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