jueves, 18 de noviembre de 2010

Raindrops on roses and whiskers on kittens..




La escuela está de nuevo verdemente florecida. Las lechugas a punto, la morera es la fiesta favorita del recreo y el humor se distendió después de un invierno agotador.
Es época de concluir procesos, de ritualizar los cierres, y todo se encamina a mostrar (nos) qué cosas hemos sembrado este año.
Los niños de 5º (padrinos de mis enanos) actuaron en inglés la leyenda de la muerte de Baldur, un dios nórdico. Los míos, después de ver a sus padrinos disfrazados de dioses, quedaron en llamas..
Venía buscando algo para hacer en el acto de fin de año, que si cantar Kutumbelé, que si actuar un cuento, que si mostrar la ronda, y se me ocurrió preguntarles a ellos, que son quienes, en definitiva, van a poner el cuerpo.
Les propongo buscar entre los cuentos que les he contado cada mediodía antes de ir a casa (ellos despatarrados en la alfombra boquiabiertos y fascinados mientras hago voces de brujas, tontos, ogros, reinas, sapos, ranas, para recontarles los cuentos que vienen escuchando desde el jardín año tras año). Me bocharon el listado completo de cuentos de los hermanos Grimm que integran el repertorio waldorf, me sacaron corriendo con la cancioncita, y en pleno debate sobre si afanarle la idea a los de 4º y hacer Blancanieves, la propuesta de Mili de armar una orquesta percusiva y flautística para que ella baile árabe en el medio y alguna que otra referencia a la obra teatral de los padrinos, Nico se planta en el medio de la alfombra, los mira a todos de frente con ojos de gitano y exclama - nooooo, ya sé: inventemos un cuento,¡¡¡ un cuento de dioses!!
Ellos daban saltos en la alfombra y se felicitaban mutuamente por la idea y yo, buscando alguna opción para bajarles un cambio con el tema de las divinidades (digo, después quién los baja), salgo al cruce del festejo y les propongo escribir entre todos un cuento y ponernos manos a la obra para actuarlo frente a los papás y la escuela.

Siiiiiiiii

Tres días despatarrados por el salón tirando ideas, una más loca que la otra, llenando el pizarrón de letras que cuentan una historia que sigue, y sigue, y se llena de personajes, hilvanando la imaginación de uno a otro, fueron tejiendo una historia.

Y estos enanos que apenas alcanzan un metro de altura desde el piso, se mandaron en tres días este cuento:



Había una vez hace mucho tiempo atrás un anciano y sabio rey que tenía tres hijos. El mayor, orgulloso y soberbio, se creía mejor que todos los demás. El del medio era un haragán al que todo le daba igual. Y el más pequeño era la burla de los otros dos por ser ingenuo y confiado, y lo llamaban Bobalicón.

Cierto día el rey los llamó y les dijo:

- Hijos míos, ha llegado el momento de saber quién de ustedes tiene corazón de rey. Estoy viejo y cansado y en poco tiempo dejaré mi trono, por eso es necesario decidir. Para saber quien de ustedes será el futuro rey tenéis que ir a ver a la vieja bruja del bosque encantado.

Así fue como los tres muchachos partieron juntos rumbo al bosque para ver a la bruja. Caminaron varios días bosque adentro, adelante el mayor partiendo ramas y cortando hojas con su espada, detrás el haragán quejándose de su cansancio y al final Bobalicón pidiendo disculpas a los árboles por molestar su descanso
Llegaron a una casita pequeña en el centro del bosque de la que salió una viejecita arrugada como una pasa de uva.

- Yo soy la bruja del bosque encantado. En este bosque, además de mi casa, hay tres castillos hechizados y en cada uno una princesa. Solamente una de ellas tiene corazón de reina. Para llegar a ellas deberéis pasar cuatro pruebas. La primera será traer aquí al unicornio blanco. ¿Quién será el primero en hacer el intento?- dijo la bruja.

- Yo lo haré- dijo el hermano mayor.

Para buscar al unicornio se armó con arcos, flechas, espadas, sogas y cuchillos, y se dirigió al claro donde el unicornio pastaba. Ni bien vio al fabuloso animal, el hermano mayor cargó sus armas y se acercó para cazarlo, pero el unicornio de un solo cabezazo lo mandó directo a la torre de uno de los castillos.

Le tocó el turno entonces al hermano del medio. Desganado y protestando se acercó de muy mal modo e intentó asir el cuello del unicornio y éste, de un cabezazo, lo mandó directo a la torre del segundo castillo.

Entonces llegó el turno de Bobalicón. Él se acercó suavemente con las manos extendidas y le dijo al unicornio que no le haría daño. Se miraron a los ojos y el unicornio lo subió a su lomo. La bruja lo vio llegar y le dijo:

- Ahora debes ir a buscar a la sílfide y responder su acertijo. Ella te dirá dónde debes buscar la olla de oro de donde nace el arco iris. Vuelve cuando la tengas.

El joven se dejó llevar por el unicornio y llegó a donde la sílfide, sentada en su trono de hojas, peinaba su largo cabello violeta.

- Dime ahora, noble caballero: ¿Cuántos años tiene el mundo?- preguntó la sílfide.

Bobalicón no sabía la respuesta. Entonces cerró los ojos e hizo mucho, mucho silencio, tanto hasta que pudo escuchar claramente la voz de la brisa que soplaba la respuesta en su oído.

- Tiempo no tiene principio ni fin. El mundo tiene tantos años como el tiempo.

La sílfide sonrió y le dijo:

-Ve a buscar la olla de oro de donde nace el arco iris. La encontrarás en el árbol de la vida. La brisa te dirá cómo llegar.

La brisa guió a Bobalicón hasta el árbol de la vida. Allí vivía el topo sabio. El anciano animal le dijo:

- Para darte la olla debes cumplir una prueba de valor. Tienes que domar al dragón de tres cabezas.

Entonces el topo sabio le dio a Bobalicón un pedazo de madera del árbol de la vida. Con mucho amor, él talló su espada. Montado en el unicornio buscó por el bosque, guiado por la brisa, hasta que encontró al enorme dragón. Bobalicón bajó de su caballo, se paró frente al dragón y levantando su espada llena de amor venció al dragón y lo llevó junto al topo. Volvió con la olla de oro a donde estaba la bruja del bosque. Y entonces la anciana le dijo:

- La última prueba es esta: de las tres princesas que habitan los castillos solo una tiene corazón de reina. Debes adivinar cuál es, y entonces serás rey.

Las tres princesas eran muy hermosas y muy dulces y era muy difícil saber cuál de ellas era la correcta. Entonces Bobalicón cerró los ojos y su corazón de rey sintió amor por aquella que tenía corazón de reina. Y así, Bobalicón y su princesa rescataron a los hermanos y a las otras princesas y todos volvieron al castillo del anciano rey. Se celebró una gran boda en donde todos los príncipes se casaron con las princesas, y Bobalicón y su reina fueron felices y gobernaron con sabiduría y amor durante muchos años.

(Ríos de baba.)


1 comentario:

  1. Propio de los enanos que tienen una seño con música en la sonrisa y el alma.

    ¿Quién mas puede permitirles volar así y saber lo importante que es tener tiempo para eso?

    ResponderEliminar