


De nuevo derecho al invierno, a madurar la semilla de lo que aprendimos, a recargar la savia, a llegar a la noche más larga, al silencio más profundo, para partir la tierra cuando el sol llame, florecer de nuevo, una vez más, y ser una más parecida y más distinta.
Las revoluciones siempre son en primavera.
Ven, chica. Trae tu tambor: aquí es primavera...
ResponderEliminarme dieron ganas de una taza caliente y silenciooo (hay que saber bancarse el silencio, indica paz con una misma), esperando la primavera...
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