viernes, 4 de junio de 2010

...

Se oye.

Cuando el río corre, la sangre,

el aire entrando en los pulmones,

el silencio junto a las ventanas, el otoño,

venir el invierno como los cascos de un caballo,

la nieve cocinándose, cociéndose el amor,

su espíritu jovial y su don de elfo o de duende,

se oye cuando me mira.

Y yo no le bajo las pestañas.

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