martes, 25 de enero de 2011

Manual de la rata



Levante la mano el que tiene una relación fácil con el dinero y se hará merecedor de mi aplauso.
No estoy hablando de aquella gente que nació con karma millonario y no necesita saber cuánto ha gastado porque siempre, siempre le queda un saldo como para entrarle con ganas a cualquier capricho. Hablo del proletariado del cual soy parte.

Entre todas las cosas que me hicieron decidir (con muy buenos resultados, por cierto) que mis vacaciones transcurrirían en casa, la económica era fundamental. A diferencia de otros años, inflación mediante, mi aguinaldito docente, que otrora cubría con comodidad viaje y estadía jipi en carpa o similares, este año ni estirándolo con un guinche alcanzaba para garantizar por lo menos la mínima alimentación necesaria como para no quedarla en el intento. Pero, claro, vacaciones sin ponerle un poco de onda son como una temporada en Batán, entonces Chinatown y yo nos dimos un par de gustos pelotudos.

Y, señoras y señores, un par de Burguers y unas idas al cine fuera de programa, y un dvd que teníamos ganas de ver juntas y... la quiebra.
Quiebra total y absoluta.
El sábado tenía ciento cincuenta pé para transitar los nueve agónicos días que me separan de mi próximo sueldo (que serían más o menos el costo de seis combos de Burguer King, aclaro para el extranjererío lector con todo cariño)

Y más allá de andar pensando que es hora de sentarme a renegociar mis ingresos, aquí es donde se activa, señoras, señores, and whoever lea este pasquín, se activa, como decía, el gps de rata que en esta familia llevamos dentro.

Acá te van, chiquita, negrito, estos modestos consejos para no morir en el intento (ni en el enero).

* Cómo sobrevivir a la defunción de tu sueldo:

1) Lo primero es evitar la imagen triste.
Suele pasar que vamos consumiendo lo que resta hasta pelar todas las posibilidades, pero que no decaiga.
¿Se acabó el papel? no vamos a dilapidar ni un peso de los poquísimos que nos quedan en algo que ya sabemos a dónde va a parar, así que, papel higiénico no way, lo resolveremos con el rollo de cocina. Pero plis, por dios, por favor, no dejés el tubito vacío puesto en el portarrollo. Es la imagen de la pobreza misma.

2) Esa costumbre de comprar de más, heredada de mi abuela y su miedo al desabastecimiento ante cualquier posible guerra o fenómeno de invasión OVNI, rinde ahora sus frutos. Paquetes de arroces varios, antiguas latas de algo y pastas secas apilados en el estante de arriba de la alacena nos salvan el menú diario. Eso sí, a tener en cuenta:
  • Intente variar (no da comer fideos con aceite cuatro comidas seguidas).
  • Chequée las fechas de vencimiento. El botulismo nunca es una buena alternativa.
  • Que prime el sentido común. Una polenta con salsa con 42º de térmica te puede dejar seca antes de exclamar ¡agua! lastimosamente por última vez.
3) Es momento de reventar toda esa ropa al pedo (que inunda tu placard gracias a tu tendencia a reemplazar la terapia tradicional o la dieta imposible por compulsivos paseos de compras) y venderla en alguna feria americana. Guarda con el entusiasmo que quedar en bolas a cambio de efectivo es patológico.

4) Vaya de visita a la hora del té y éntrele con ganas a las galletitas o lo que sea que pongan sobre la mesa para recibirla.( Nota: Acá es importante elegir a quién visitar. Casi seguro sus amigas que son todas unas jipis con aires de rock star como usted estarán en su misma situación y lo más probable es que terminen ambas endeudándose en el supermercado pasando tarjeta para darse el gusto de una picada como dios manda.)

5) Agarre todos esos tés pedorros que compra en ataques de susanagimenismo, prepárelos, enfríelos y sírvalos en reemplazo del jugo. Fracasará estrepitosamente con el brebaje de porquería, pero a lo mejor se le quita la costumbre de dilapidar la guita en pelotudeces como tés pedorros.

Yo creo que con esto, como para arrancar, vamos bien.



(Ensayando un rato en el living de casa, puting onda to de situeishon.)

4 comentarios:

  1. Sencillamente, desopilante y real, casi de Comic Stand Up!
    Te mandaría unos quesitos para que incorpores a la dieta invacacional...
    PD(estás preciosa en la foto,jaaaaaaaa!)

    ResponderEliminar
  2. Gracias Naty VC!! (y eso que no me peiné para la foto..)
    Bienvenida a casa!

    ResponderEliminar
  3. Jajjajaja! Desopilante pero práctico. Como todo buen chiste, esconde grandes verdades. O también: son grandes verdades que parecen chiste.
    Sin dudas, podrás quedarte con poca guita, pero otra de las cosas que te salva, aparte de tus tips, es que a todo le ponés humor. Dicen que es de esas cosas que ayudan a atravesar momentos difíciles.

    ResponderEliminar
  4. Ah, me olvidaba: la foto es muy ilustrativa!

    ResponderEliminar