El trabajo de meditaciòn de las noches santas dura doce noches, con sus respectivos dìas. A lo largo del tiempo fui tomando la costumbre de prestar mucha atenciòn a lo que sucede en el dìa posterior a mi meditaciòn correspondiente. Ese dìa trae informaciòn sobre las energìas que se presentaràn a lo largo de ese año.
Cada noche se corresponde con un perìodo de tiempo mensual. Por ejemplo, la primera noche, capricornio, abarca desde finales de diciembre hasta finales de enero. En ese perìodo de tiempo vivirà en mi la primera pregunta, y si fue buena la calidad de mi meditaciòn, tendrè pistas de los eventos a los que puede ser que me toce enfrentarme.
Las doce noches son un trabajo que llevo a los doce mese, todo se espeja de alguna forma. Mantener vivas las preguntas durante el año organiza mi trabajo de autoconocimiento y autoeducaciòn.
Mi forma de abordar las preguntas sigue la forma del paso del tiempo de los hebreos: el dìa termina cuando baja el sol, y hay un espacio llamado crepùsculo, como un no tiempo, antes de que el lucero inicie el dìa siguiente, que empieza por la noche y el descanso. En ese tiempo me gusta sentarme a repasar el dìa y a entrar el la pregunta, para llevarme el trabajo meditativo al sueño.
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