jueves, 7 de mayo de 2009

Mutanta

Cuando uno anda atento a algún fenómeno en particular, éste parece empeñarse en suceder cada vez más periódica e intensamente, no sé si tanto por una cuestión metafísica o meramente ampliado por la lupa de la observación más o menos constante que uno hace de tal fenómeno.

Tiempo atrás yo solía detectar el arcoiris en lugares inesperados, como por ejemplo, viajando en el tren hasta Escalada, sola y pensando en que la vida era una porquería. Ahí, en el medio de mis pensamientos, entre cables y fierros, un arcoiris que era apenas un arcoiris me sacaba de contexto y, yo que soy adicta a las señales, caía en trance olvidando que la vida era efectivamente una porquería.


Ultimamente me tienen maravillada los cambios. Mi vida cambia. Pero como yo no hago nada a medias, los cambios son una vuelta de campana, un giro de 180, de guatemala a guatemejor. Cambia como si el decorado se moviera mientras veo mutar las caras, los espacios, los trabajos.


Cambia de cantar en el living de Pocha los sábados a cantar en la loma del orto adelante de gente que desconozco.


Cambia de estar sentada en una oficina vidriada a tener en mis manos a 26 niños que educar.


Cambia de estar siete años en un mismo lugar para irme empujada por las circunstancias sin mirar atrás.


Cambian los nombres de los amigos.


Cambia lo que creo de mí misma.


Cambia lo que permito.


Como si fueran inesperados arcoiris, los cambios pasan sacudiéndolo todo, tirando del mantel para que vuelen los platos viejos y se pueda poner de nuevo la mesa.


Ahora mismo algo está cambiando bajo mis pies y no sé hacia qué punto cardinal quedaré mirando para volver a dar el millonésimo primer paso de nuevo.


Lo que sé es que el horizonte sigue siendo tan prometedor como cuando me mostraba el arcoiris.


5 comentarios:

  1. no con esa asiduidad. pasé de los arcoiris a las mariposas, después a los colibríes y ahora de vuelta a las mariposas. mientras no vea gente muerta, todo bien.

    ResponderEliminar
  2. La vida es hermosa, no tengo dudas de ello, lo que pasa es que muchas veces nos cuesta ver que el arcoiris no está alla fuera esperandonos, sino que está dentro nuestro.
    El arcoiris tan hermoso que vemos en el cielo aparece en esos momentos donde confluye la luz del sol con la melancolía de la lluvia.. no podemos esperar que el sol brille las 24 horas, ni tampoco esperar que las alegrias nos las brinden otros. Asi como siempre que llovió paró, también siempre despues de toda noche oscura llegó un nuevo alba para iluminar.
    El sol ilumina y da calor, es cierto.. pero en nosotros hay un potencial mucho más grande de luz y calor.. podemos abrigar e iluminar todo lo que nos rodea con solo desearlo.
    No necesitamos faros que iluminen nuestro camino, somos nosotros quienes al abrir los ojos y despertar las mentes logramos ver en plena oscuridad ese camino que no existe hasta que nosotros empezamos a caminar (saludos a mi amigo joan manuel)
    Nosotros somos vida, luz y colores, y un sin fin de energias que fluyen hacia todos lados. Chica con tambor te recomiendo una cosa.. si andas buscando arcoiris.. no tenes mas que mirar al espejo, yo el tuyo lo veo desde aca con solo leerte.. y mierda que me deja ciego!!!.. todos somos arcoiris de luz.. procuremos brillar e iluminar a quienes mas les cuesta decir "PUTA QUE VALE LA PENA ESTAR VIVO!!!"

    ResponderEliminar
  3. ¿Acaso veo una tabla en la foto? ¿Acaso también cambiamos remeras escotadas por trajes de neoprene? Buenas olas.
    Cordialmente,
    Yo.

    ResponderEliminar