sábado, 4 de septiembre de 2010

Astetndenius..

(Estos días los enanos están muy jugadores. La lluvia y el frío revivieron las ganas de estar adentro construyendo fantasías representadas.)

Cuando era chica, convencía una y otra vez a mi prima y mi amiguita de seguirme la corriente en el delirio. Yo era siempre un ángel de Charlie (preferentemente que interpretaba Jacklyn Smith) o la mujer maravilla, y toda nuestra tarde se pasaba rescatando al capitán Steve o matando japoneses karatekas y malos. A veces éramos gente que hablaba en inglés (ese lo jugábamos poco porque nos obligaba todo el tiempo a traducir el gangoso sonido con que emulábamos la lengua y resultaba tan poco fluido como esta aclaración en el medio), otras eran tardes más folklóricas, de mancha algo o cigarrillo 43.
Pero había un juego por sobre los otros que a mí me fascinaba. Usando los escalones de los umbrales yo cantaba como Liza Minelli (en un inglés de mierda...)



"auananueicap
indeciri dat asentslip
tufan a kinofajil
dajonejit.."

y el Frank Sinatra de los discos de vinilo de mi mamá me hacía los coros en mi cabeza. Yo no podía dejar de bailar y mover los brazos con los ojos cerrados, y era tanta la alegría que eso me daba que las otras dos siempre querían hacer de bailarinas y terminábamos las tres a grito pelado cantando.

(Tengo una opresiva sensación a la altura de la boca del estómago. Un deseo incumplido que raspa y obliga. Necesito un momento sin ningún oyente presumible para cantar totalmente expuesta y con toda la potencia de mi caudal posible, para poder cantar otra vez así..)

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