(No somos, pienso, más que niños que quieren volver a sentir el hechizo de un mundo al que volvían en cada cuento de hadas.)
Doce cuentos Steinergrinos
Cuento número Uno.

Había una vez un pez que quería ser polilla.
Todos le decían que estaba loco porque él había nacido pez y sería pez toda su vida.
Él pensaba que los locos eran todos los demás.
Quiero otro!
ResponderEliminary quiero ser un pez con alas de polilla.
Abrazos aquilantes