lunes, 24 de mayo de 2010

Ponele que soy feminista (si eso te tranquiliza..)


Sostener una forma de pensar no es fácil, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de la gente que habita este planeta se detiene poco a pensar como son las cosas y más bien va para donde va el alud que arrastra todo vestigio de libertad en su masa. Es tranquilizador descalificar al que dice metiéndolo inmediatamente en la cajita de "uh, una feminista", "uh, una frustrada", "uh, un zurdito", "uh, una hinchapelotas", y seguir.

Ando siempre caminando sobre una delgada línea y me pregunto una y otra vez si no debería ser yo menos belicosa, más tolerante y cálida, dulce y tintineante, y cada vez que me pongo ese traje, ME APRIETA. Y ahí me desbarranco por la boca y el cuerpo diciendo precisamente lo que estoy sintiendo.

Tengo una amiga jipi que se dice mujer y no escucho de su boca más que encubiertos juicios de desprecio teñidos de la mirada más machista y cuadrada, congraciándose siempre con la risotada burlona de los pares de huevos que presencian la escena, rebajando la opinión y el comportamiento de las mujeres presentes y no presentes, intuyo que con la secreta esperanza de que defenestrar a las mujeres le traerá pronto un hombre que le quite el mote de mujer sola.

Tuve una vez una amiga que, con tal de seguir formando parte de la manada (y soñando con enamorarlo alguna vez, sospecho) se hizo amiga del tipo que me cagó feo y al que dejé de dirigirle la palabra. Que a pesar de haber sufrido en su historia abusos contra su persona perpetrados por algún hombre de la manera más violenta, decidió tolerar el abuso sobre otra mujer, avalarlo perdonándolo y festejando ser reconocida como "más canchera y menos problemática" e invitada a compartir las fiestas en su hogar.

Conozco un puñado de tipos que creen que porque alguien tiene un par de tetas interesantes, un cerebro que funciona y pocas ganas de ser sumisa es una mujer de cascos ligeros. Y que los códigos sólo son válidos entre machos, así que cualquier cosa que no tenga los huevos colgando no merece ser tenida en cuenta a la hora de aplicarlos.

Yo no estoy dispuesta a ser de una manera distinta a la que soy para sentarme a ninguna mesa. Tengo esperanza y paciencia para esperar a la gente que, exiliada de una realidad viciada, llegue por fin a sentarse a la mía.

5 comentarios:

  1. Valiente, le pongo. Valiente. De las imprescindibles. De las que no se rinden.

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  2. Es lo de siempre, un@ toma posición pero lo jodido es cuando llega la hora de sostenerla, sobre todo cuando tratamos de vencer moldes que tenemos tan arraigados. Pero mientras haya quien lo intente, se puede!

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  3. Esa amiga jipi ya debería dejar de ser llamada amiga. Yo cuando descubro una nueva amistad y me decepciona (o me decepciono yo solita) la paso a llamar agente de la CIA, no sé, la cuestión de la nomenclatura de las relaciones me parece todo un gesto. ¿Qué le habrá pasado a la jipi con la libertad?
    Igual lo importante acá es su mesa bien llennita de exquisiteces.

    Saludos desde Mundo Aquilante!

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  4. Me tranquiliza que no te interese sentarte en esas mesas que no te merecen.
    Sostener lo que se piensa es lo más difícil, los códigos, con uno y con el mundo. Tengo amigas que pelearon en el frente de batalla conmigo, y luego caí en cuenta de que no eran tan valientes. Con el pasar de los años esa gente decanta en nuestras vidas. Salvo honrosas excepciones donde, con un par de locas lindas, pensamos muy diferente sobre la vida, pero lo esencial que se sostiene es saber que no te va a fallar o cagar, o hacerse novia del ex que te cagó. Pliiiis! Esas minas no merecen llamarse minas.
    Beso grande!!!

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  5. LOS TIPOS COMO LSOQ UE DESCRIBÍS SON TIPOS DESCARTABLES, NO SE PARA QUE LOS TENÉS SIQUIERA EN CUENTA EN TUS POST...

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