miércoles, 1 de diciembre de 2010

Comunicado número uno

Ahora que soy tan yo, la verdad, no me dan ganas de tolerancia.
No quiero nunca más pensar en lo futuro ni en nada que no exista. Quiero estar aquí. Aquí en éste momento que es cada momento y es todos los momentos.

En esta tierna y sencilla ceremonia enuncio que ando con ganas de mandar a la mierda a quien corresponda con total libertad de sentimiento y pensamiento, de ir corriendo detrás de la verdad al galope y llevando mi bandera, de nadar la vida como un océano braceando de espaldas mientras veo el cielo.

Me incomoda hasta la locura cuando veo a la gente sembrar mierditas como al pasar, complicar los climas con malos tonos, desparramar chismes con morbo, dirigir comentarios como misiles, inmiscuirse, juzgar, dar consejos que no se les piden.

Me impacienta imposiblemente la estupidez.

(después no digas que no te avisé.)



3 comentarios:

  1. Que no sea yo el blanco de su misil!

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  2. Bonita, cuando una va logrando ir por la vida braceando y mirando hacia el cielo, detenerse aunque sea una milèsima de segundos para mandar a alguien a la mierda es una perdida de tiempo. Es mas, llegado el momento en que solo existìs unida a ese continente ajustado que se amolda a tus formas, esos seres diminutos ya ni se acercan, no los escuchàs, dejan de existir, pasan veloces como un tren y se pierden detràs tuyo.

    Abrazo

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