domingo, 16 de noviembre de 2008

El corazón es un músculo elástico.

Nunca hay que dejarlo afuera de lo que se hace. Hay que ejercitarlo. Un corazón sin elongar se rasga en el paso en falso, se desgarra, puede llegar a reclamar la muleta del marcapasos.
Hay que sacarlo a galopar cada vez que se pueda. Las torceduras y los esguinces le van templando el carácter y lo vuelven más flexible.
Si le agarra el reuma del miedo, estamos al horno. Para evitarlo tiene que arriesgarse.
Yo tengo una marca nueva de dolor en los ojos. Y éso hace que mi mirada sea un poco más profunda. Pero mi corazón sigue entero. Y no es de plástico.





2 comentarios:

  1. Dueño de un corazón loco que se dobla con el viento ys e rompe.

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  2. Como su nombre lo indica, Andrés Calamaro, usted es el mismísimo suicida que remonta vuelo.

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