Dar el primer paso. Entrar en algo que se sabe pero no se sabe cómo. Abrir la puerta y dejar entrar, tomar el picaporte y sumergirse. Sentir la urgencia de la decisión tomada y no oponerle resistencia alguna. Soltarse y dejarse caer como agua de la canilla que algún día, de alguna manera, va a llegar a ser parte del mar.
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