lunes, 16 de febrero de 2009

Viaje al centro de la Tierra, llamadas de candombe Uruguay 2009 (parte 4): "Efectos colaterales"



Hay cosas que el cuerpo recuerda, como andar en bicicleta o saltar a la soga. Hay un equilibrio que se ajusta ni bien una toma coraje y va posando los pies sobre los pedales haciendo que sepamos que sí sabemos.

Hay una memoria inexplicable de algo que no ocurrió nunca que nos conecta con un extraño de manera profunda, un sentir el estómago estirarse que nos hace emanar una luz diferente. Una luz.

El sábado hubo chilingueada en el anfiteatro de Mataderos. Yo sé que algo me pasó en éste viaje, algo en el alma, y a veces me sorprendo de no reconocerme en la que soy ahora. Así llegué, a dos días de bajar del barco que me trajo de Uruguay, a cantar no sabía qué ni con quiénes. Dani me hizo reír contestando mis mensajes en uruguayo, tá, bó, y me llevó de vuelta al pellizco feliz del desfile en Isla de Flores. La fecha era con los chilinguitos, y a mí me dieron ganas de cantarles Peixinhos do mar. Fue lo que me propuso Dani ni bien pisé el escenario y en cinco minutos se armó un coro con tres voces.

Detrás del escenario, mientras mirábamos actuar ahora a los viejos chilingos, se me acercó Julián debajo de una gorra con visera (los chilingos antiguos marcan tendencias..) y detrás de unos lentes para ver y una sonrisa arrobada me dijo que me había escuchado cantar. "..y vos cantaste de lo más divino..". Creo que me partí la boca de una sonrisa. Y ahí fue cuando sentí que éso que me iluminó el corazón en Uruguay se me estaba saliendo por el pecho.

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