jueves, 12 de febrero de 2009

Viaje al centro de la Tierra, llamadas de candombe Uruguay 2009 (parte 2): "Unos ojos se van, se van de viaje..."






Me quemé ignorante de que en Uruguay el mate se hace con agua hirviendo. Salí robando cámara por televisión tocando candombe en una protesta de uno de los sindicatos que agrupan a las comparsas. Toqué con el buceo en un ensayo el martes, sólo tres argentinos entre los cuarenta uruguayos. Descubrí que el amarillo me queda muy bien. Toqué al lado de un viejo Yamandú que salía en su última llamada. Conocí a un gitano de ojos negros que me miraron y me apretaron los recuerdos por adentro. Canté como las sirenas en una playa de luna llena. Floté en el mar. Me vestí de velador y me sentí una estrella. Tuve un amor. Tuve amigos. Tuve una familia que pintaba tambores en el playón de un club. Me volví negra. Me metí en la gente. Se me llenó el cuerpo de flores. Abracé y me abrazaron. Me ví crecer. Me dejé ganar por la emoción de un beso. Se me acercó el corazón al Uruguay. Me perdí y me encontré de nuevo, pero soy otra. Aprendí que no tener el equipamiento necesario para acampar puede terminar con un romance a manos de alguna mujer más precavida. Me sonrió gente que jamás voy a conocer. Compartí la habitación con dos varones en un hotel católico hasta la médula. Les escabiamos todo el bidón del dispenser (malditos jipis). Pinté caras, curé manos, llevé el hilo pero perdí la aguja. Ví feliz a Graciela. Me fuí a la playa donde se tuesta el diablo. Ví arder el fuego. Ví arder mis ojos.

Y ésto recién empieza.

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