martes, 3 de marzo de 2009

Cuando fui Trinity de "Matrix" por una fracción de segundo.

Convengamos en que, desde mi vuelta a casa después de un febrero ardiente y uruguayamente candomberil, Buenos Aires me ha pateado bastante el ojete. Situaciones de callejón de película yanqui, tocadas de traste, afanos aparatosos, y caripelas amenazantes cruzándote la mirada en plena calle a la tarde que te hacen apurar el paso con una sensación fea en la espalda, me habían dejado con una sensación de vulnerabilidad que hacía siglos no tenía.

Iba poseída por el espíritu de la estrella hoy a la tarde, estrenada maestra de primer grado, feliz de tambores de sábado, yendo a tocar en batucada otra vez, a ver a mis amigos, moviendo las caderas por la calle al compás de la música en mis auriculares, y llegué entonces hasta el túnel en la Panamericana. No fue un miedo como cuando busqué refugio en la sombra de un umbral, sino una inquietud lejana lo que me rozó al ver entrar del otro lado a tres hombres jóvenes y arreglados, hombro con hombro casi y conversando. Quizás debí haber corrido. O detenerme en la entrada del túnel hasta verlos pasar. Pero tomé la decisión de no parar la marcha.


Cerca del ecuador, un segundo antes del punto medio, vi como el que venía de mi lado tenía en la mirada un gesto raro, de ausencia fingida y cálculo preciso. Su mano izquierda iba a impactar indefectiblemente en la parte de mi humanidad que más me gusta gobernar. Y cuando parecía que, larreputísimamadre, no quedaba otro remedio que comerme el garrón y carajear mientras los miraría irse dando risotadas, sin aminorar la marcha levanté mi brazo izquierdo, calcé su antehombro en la herradura de mi mano, y de un empujón sin esfuerzo desvié al macabro contingente sacándolo de mi camino hacia el cordón de la vereda, para pasar triunfalmente por la vereda vacía y ancha. Tanto se sorprendieron que ni siquiera largaron una puteada.


Fue como descubrir la combinación de botones que te hace invencible jugando a los fichines.


A veces pasa...

3 comentarios:

  1. si tené el trajecitos de trinity...mandá fotito...je
    escuchando 03 - Un Hada, Un Cisne\Sui Generis - Confesiones De Invierno (1973)

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  2. Seguro que no es usted un chilingo? El parecido es asombroso.. ni el ruso jeremieff podría hacer un comentario tan maldito jipi...

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  3. nop, lo mío pasaba por el rock y el blues..pero ya fue...
    aunque en algún momento comulgué con los verdes de montserrat

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