miércoles, 11 de marzo de 2009

La vida cabe en un pochoclo (reflexiones navegantes) namber chú

La lluvia me lleva casi siempre derechito a situaciones contemplativas. O a gripes feroces si es lluvia de invierno, pero no seamos tan terrenales.
Acá estoy viendo desplomarse el cielo por la ventana de mi habitación, oyendo el agua caer, que es casi como oír al fuego crepitar pero todo lo contrario. Y pienso.
A veces estoy parada en el mundo y alrededor siento una soledad infinita. Como si fuera yo la ocupante de un faro del fin del mundo a dónde nunca llegan las visitas para quedarse.
Yo podría haber sido rubia (rubia de adentro..) y no tener más problemas que sudar contra el tiempo para que mis glúteos desafíen la ley de gravedad. Podría haber revoleado más veces las pestañas para lograr un anillo de oro y una cuenta corriente que me salvara de tener que madrugar (¿hay algo peor en la vida que despertarse antes de las siete de la mañana por la pura obligación que impone la falta de riqueza?). Podría haber aceptado ser frágil y esperar a que algún caballero de cuento se hiciera cargo de llevarme y traerme, hacerme escenas de celos y abrirme cada tanto la puerta, pero no para ir a jugar. Podría haberme quedado donde estaba sin preguntar. Podría no saber, no entender, no cuestionar absolutamente todo, no sentir en el pecho esa puta incomodidad que no me deja transar, que me tiene siempre en vilo buscando todavía un poco más allá.
A veces quisiera sentir como siente ésa que va pegoteada de la mano de ése, feliz de compartir su gusto por Tinelli y el día de San Valentín, orgullosa de contar los meses y días y minutos que hace que le dijo que sí y no se despegaron nunca más. Satisfecha con nada, esperando nada, convencida de todo.

¿Quién fue el Morpheus desgraciado que me hizo tragar la pildorita sin avisar..?

7 comentarios:

  1. aveces uno es otro, aveces es uno mismo, a veces no se quiere volver de donde fuiste a donde estabas.
    a veces los impactos duelen...

    ResponderEliminar
  2. Los impactos duelen.
    Siempre, últimamente, soy yo misma. Un lujo que, aunque me sale caro, no pienso dejar de darme. Mirá dónde llegué.. ni en pedo vuelvo donde estaba. Ya no podría.

    ResponderEliminar
  3. EL APSAJE DE IDA ES GRATIS....EL DE VUELTA HAY QUE GANARSELO...SI QUE QUE UNO QUIERE...
    QUE SE YO...LOS VIAJES SIEMPRE ME DIERON COSITA...ME GUSTA DONDE ESTOY...

    ResponderEliminar
  4. Bueno, ahí discrepo. Estamos hablando metafóricamente, se entiende. Yo no viajo mucho físicamente. Pero viajo. Confieso que he viajado mucho. Y el camino que recorrí desde la que era hasta la que soy no fue gratis. Pagué y pago cada precio como una reina, sabiendo que elijo pagarlo y cuánto cuesta. Y lo elijo con libertad, que si no la tuviera, sí que estaría jodida de cabo a rabo. Por eso será que la defiendo a rajatabla.
    ¿Y de qué estamos hablando(carajo, que cuando me pongo metafísica no estoy acostumbrada a que me contesten y me pierdo fácil)?

    ResponderEliminar
  5. Si todos fueran como usted, el mundo sería un lugar mejor.

    ResponderEliminar
  6. yo dejé de viajar, ahora me estacioné, pero por que encontré un prado copado, así estoy bien...con mi música...ahhh yo también me pierdo...pero no importa...

    ResponderEliminar
  7. Neiman, nos debemos un vino, culos en algún pasto y navegar entrando y saliendo de nuestra vida y del infinito.
    Lo quiero, amigo estrella. Posta.

    ResponderEliminar