sábado, 10 de abril de 2010

Los sueños que yo sueño (II)


Yo entraba a la casa y resultaba que esa casa era la de él, aquél tan alto, el que a sus veinte despertó mis dieciseis años, pero hoy. Me alegraba el reencuentro y las sonrisas eran melancólicas y llenas de algo, lindas sonrisas.

El me decía que tenía que viajar, que yo debía cuidar el departamento, y yo que sentía claramente en la cara su recuerdo, y me costaba esa distancia rara de espacio y de años transcurridos.

Yo pensé en ese viaje como algo lejano que me daría tiempo de preparar el corazón para su partida, pero al despertar la siguiente mañana, la soledad del placard sin su ropa me hizo estremecer en el sueño.

Y ahora creo que, recién ahora y por fin, mi corazón está deshabitado.

3 comentarios:

  1. Hace tiempo encontré un papelito que había escrito hace años, que decía:"al fin, hoy, he podido hablar de ti conmigo misma"...yo tardo mucho en asumir las pérdidas, sobretodo si son repentinas. Y, desgraciadamente para mi, lo hago siempre en silencio.
    Quizá lo hablo en los sueños.

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  2. Igual, te veo (te imagino) que has mirado el placard que te has encogido de hombros y que te fuiste marcando un ritmo con una percha vacía contra la pared del pasillo mientras canturreabas una canción. Salute

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  3. Deshabitado, puede ser... ¿no es lo mismo que vacío no?
    Qué cosa los sueños, los recuerdos, los milagros, parece que todo eso junto hacen la vida. A veces, los tratamos mal, los minimizamos como si no fueran parte de aquí, o no los consideramos reales, pero algunos sueños que he tenido han sido más importantes que lo que me pasa cuando estoy despierta.

    Saludos desde Mundo Aquilante!

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