Cumplir un año. Darle una vuelta entera al calendario y volver al punto de partida.
Yo solía regalar para los cumpleaños un poema de Benedetti. Onomástico.
Hoy tu tiempo es real/nadie lo inventa/
y aunque otros olviden tus festejos/
las noches sin amor quedaron lejos/
y lejos el pesar que desalienta
Tu edad de otras edades se alimenta/
no importa lo que digan los espejos/
tus ojos todavía no están viejos/
y miran/sin mirar/más de la cuenta
tu esperanza ya sabe su tamaño/
y por eso no habrá quién la destruya/
ya no te sentirás sólo ni extraño
vida tuya tendrás/ y muerte tuya/
ha pasado otro año/ y otro año/
le has ganado a tus sombras/
aleluya.
Anoche yo quería ser el sol. Quería que todos ahí brilláramos como soles. Y otra vez fue jugando como nos fuimos encendiendo, una manga de crotos arremangados y en chancletas haciendo música de contentos. Sí fuimos soles. Nos dimos lujos tan imperdonables como mirarnos todos a los ojos y estar sonriendo.
Estoy cumpliendo año en éste mismo momento. En éste día en que nace el verano y mi futuro es gloriosamente incierto, tan incierto como el amor y como el cielo.
Felices poemas! Gloriosas incertidumbres...
ResponderEliminarY que cumplas muchos más!!!