jueves, 20 de agosto de 2009

Hastacá.

A veces el mundo termina por hincharme las pelotas. En esos momentos, tras la rotura definitiva de bolas, me sobreviene una abundante sensación de poder. Cuando veo claramente que, gracias al cielo, puedo torcer el volante y seguir por el otro camino, el de zambullirme en lo que hago con placer infinito, el de divertirme desacatando el mandato del recato y la postura, el de jugar en serio todos los juegos y hacer de eso la máxima herramienta para seguir aprendiendo.

Dramatizar es recrear el mito, leí por ahí. Déjense de joder y empiecen de una buena vez a actuar la vida que quieren tener en lugar de seguir esperándola.


El mundo cambia cuando una se arremanga y se decide a meter las manos en él.


6 comentarios:

  1. y ensuciarse hasta el cuello si es necesario

    :)

    ResponderEliminar
  2. pero su forma sigue siendo la misma...
    escuchando 08 - Zoom\Soda Stereo - Me veras volver

    ResponderEliminar
  3. Pero su esencia cambia, o mejor dicho, empieza a aparecer. Y eso es lo que importa, iluso. Cuando en vez de putear al chofer del bondi que te trató mal te ponés en sus zapatos, pensás en todos los boludos de Buenos Aires al volante, lo compadecés por su laburo de mierda y le tirás un "hola, buenas tardes, muchas gracias" con toda la buena onda que te gustaría que el tipo te tirara. Y en vez de castigarlo, lo educás, le enseñás, le mostrás qué bueno es dejarse de putear y coparse. Cuando en vez de permanecer en el mismo laburo de mierda quejándote todo el puto día, agarrás y te vas. O te quedás y le ponés toda la onda que puedas, y aprendés a cagarte de risa todas las mañanas con Buzzetti que al final no es tan amargo como parece. Eso, iluso. ¿Querés que cambie? Cambialo. (digo con tono de locutora de yogur para el tránsito lento.)

    Say no more. (Amén)

    PD: (Pol, usted está andando mucho con los jipis. Qué comentario desprolijo!! jaaaaaaaaaaaaaaa)

    ResponderEliminar