viernes, 21 de agosto de 2009

Mamá


La china anduvo con bronquitis y mamá vino a cuidarla.

En dos días impió las ventanas, barrió los pisos, ordenó la pieza de la china, lavó los platos, limpió la cocina, trajo detergente, servilletas, naranjas, queso, salame, su tostador, cremas de peinar, quesito.

Me acordé de ese día, la primera mañana que pasamos con la china en mi casa al salir de la clínica. Yo dormía como un tronco cada vez que podía en esa situación nueva de tener a alguien que se alimenta de vos y te reclama amor cada dos horas cuando la luz debajo de la puerta de mi pieza me despertó. Al abrir me encontré con la casa vacía, los muebles apilados, y mamá secador y trapo en mano, las ventanas abiertas de par en par, el sol de julio entrando al medio de la casa.

Mamá viene a casa y pide permiso para traerse el cif y a solas, mientras mi hija queda conectada al monitor por largos ratos, da rienda suelta a su madrazgo. Y cuando llego, la casa está bonita y huele a limpio.

Lo que ella no sabe es que cada vez que hace eso es como cuando me daba vuelta la sábana sobre el acolchado y me arropaba para que me pudiera dormir.

Y a mí me encanta.

2 comentarios:

  1. Ey!!!
    Se que por comentarios así uno puede perder amistades, pero la verdad hay que decirla...
    Qué guapa está su madre!!!
    Una reverencia mi señora
    Pablo Franko (un irrecuperable)

    ResponderEliminar
  2. Vaya sabiendo que no es el primero que me lo dice. Y es cierto.
    Qué guapa está mi madre!!

    ResponderEliminar