domingo, 3 de enero de 2010

Mariposa technicolor

(A raíz del post anterior en el que solté al aire un bello poema de Miguel Hernández)

Quizás sea por haber nacido en este país con tan mala memoria, o a lo mejor por alguna razón que alguien explicará mejor que yo, cierto es que pertenezco a la generación tatuada.

Mi piel no solamente ostenta los besos de pecas que el sol ha sabido dejar con el pasar del tiempo. Tres marcas de tinta atestiguan tres de las tantas marcas que tiene mi alma.

Hay gente que lava sus penas en alcohol, otra que se vuelve adicta al trabajo, hay quien se esconde detrás de un matrimonio, gente que con sus heridas hace, como bien dijo Man en su respuesta al post, bellísimos poemas o canciones y tantas posibilidades como gente hay en este mundo. Muchas culturas antiguas marcaban la piel de sus integrantes en rituales de pasaje de edad, otras afeitan cabezas o atan el pelo de sus mujeres y lo esconden bajo pañuelos cuando estas se casan, como hacen por acá las pocas familias de gitanos que quedan o, curiosamente, muchas familias de judíos ortodoxos. Algunos eligen llevar el nombre de sus hijos pintados en tinta sobre la piel y hay quienes, acá en mi país, se cuelgan al cuello (disculpen la opinión) unos horribles muñequitos de oro con la formita correspondiente que representan a cada uno de sus hijos.

Uno de los hombres de mi familia, un italiano que había estado peleando en la guerra (por acá las familias ostentamos mezclas étnicas maravillosas) cada tanto acariciaba con orgullo una herida de guerra que no lo mató. Esa marca en su cuerpo le recordaba que un milagro le había dado una nueva oportunidad de vivir de una manera totalmente distinta, consciente de que cada bocanada de aire que tomaba era un regalo, un tiempo de más que el cielo le había otorgado.

Mi primer tatuaje fue un tribal en la pierna, con una punta hacia la tierra y algo que me pareció como fuego subiendo hacia el cielo. Mi hija, mi chinita, ella, toda parte de mí, ya había nacido, y sentí que mi tribu empezaba a tomar forma. Solamente yo sé qué soledades, qué miedos oscuros atravesé mientras ella era parte de mi cuerpo. Cuántos presagios de pobreza, infelicidad y trabajo duro salieron de cuántas bocas. Solamente yo sé cuánta fuerza hizo mi corazón para no escuchar nada más que su corazón latiendo a la noche dentro de mí. Cuando por fin nos miramos a los ojos el día que nació (y juro que nunca sentí un amor igual al que sentí ese día, en ese momento en que por fin todo era silencio y las dos nos descubrimos después de presentirnos durante nueve lunas) yo ya no era ni volvería a ser la misma. Y tocar el dibujo en mi pierna cuando alguna vez, otra vez, la vida parece un tsunami que quiere arrasar con todo, me recuerda que si yo fui capaz, ahora también soy capaz.



El segundo fue un dragón en mi brazo izquierdo, diez años después. En esos diez años viví la experiencia de volverme una sombra, de perder mi brillo, de casi desaparecer por ir siempre detrás de una felicidad que creí que estaba fuera de mí. Buscaba desesperadamente lo que creía que me completaría y me volvería por fin la persona feliz que yo sabía que podía ser, sin darme cuenta de que nadie puede darnos lo que no tenemos. En el camino encontré dos buenos guías y de su mano hice un trabajo doloroso e impecable para encontrarme de una vez por todas. Con tres décadas sobre la Tierra tenía dos caminos: tomar la pastillita roja o la azul. O dejaba de preguntarme cosas y me quedaba en la superficie o me metía a bucear en mis sombras. Así que opté por la roja y, palita metafórica en mano, fui a por más. Si tenía tantas preguntas burbujeando sobre el sentido de la vida y quién era yo, tenía que encontrar las respuestas. Y entonces fue que apareció rondándome la imágen de un dragón. Porque el camino que vendría necesitaba de mí toda la fuerza para ser sorteado.




Ahora que encontré mi voz, ahora que mis pies son sinceros en su caminar, ahora que aprendí qué cosas no y voy de a poco creando las que sí, ahora que digo lo que siento y que vivo de acuerdo a eso sin pedir permisos, sin esperar gustar o agradar, ahora que sé que ésta es la que soy, ahora que aprendí a soltarme y partir cuando ya un lugar no es más mi lugar, ahora que percibo el amor de una manera tan pura, ahora que aprendo todos los días de todo el mundo y comparto lo que aprendí, ahora que canto con el alma sin preocuparme por las notas o la pose pero sintiendo que me desparramo en el aire con cada canción, ahora que me encuentro con gente hermosa, gente que encontró su propia luz como yo encontré la mía, este último, la mariposa azul en mi espalda, debajo de mi hombro, es el recuerdo que mi piel guarda ahora que, por fin, encontré mi alma.




10 comentarios:

  1. Es precioso que hayas puesto por fuera todo lo que primero te nació dentro.
    Y me hace feliz pensar que, tan joven, has encontrado ya tu camino y sabes que la felicidad nunca está fuera, sino en uno mismo.
    Algún día, si tu quieres, conocerás la tierra de tus abuelos. (yo puedo investigar si me das un lugar y una provincia)

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  2. 1ro) tribal abstracto sin color

    2do) tribal con forma de dragon sin color

    3ro) mariposa con color

    ¿nos fuimos poniendo cada vez menos abstractos?

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  3. El gitano (by dylan)4 de enero de 2010, 16:43

    Me hiciste acordar a dylan y tuve q ir a buscar esta cancion. besos, se te quiere a montones (es decir, con alternativas formas!! jaaa elige tu propia aventura q poder elegir es siempre bueno)

    How many roads must a man walk down
    Before you call him a man?
    Yes, 'n' how many seas must a white dove sail
    Before she sleeps in the sand?
    Yes, 'n' how many times must the cannon balls fly
    Before they're forever banned?
    The answer, my friend, is blowin' in the wind,
    The answer is blowin' in the wind.

    How many times must a man look up
    Before he can see the sky?
    Yes, 'n' how many ears must one man have
    Before he can hear people cry?
    Yes, 'n' how many deaths will it take till he knows
    That too many people have died?
    The answer, my friend, is blowin' in the wind,
    The answer is blowin' in the wind.

    How many years can a mountain exist
    Before it's washed to the sea?
    Yes, 'n' how many years can some people exist
    Before they're allowed to be free?
    Yes, 'n' how many times can a man turn his head,
    Pretending he just doesn't see?
    The answer, my friend, is blowin' in the wind,
    The answer is blowin' in the wind.

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  4. Elgita: de eso se trata mi relato. Todo el periplo me ha vuelto concretamente quien sé que soy.
    Igual, soy (somos) como América: siempre hay más por descubrir. Lo bello es saber que todo lo magnífico que uno imagina sí es verdad. Concretamente.

    Qué canción tan hermosa, Gitano. Qué canción tan concretamente cierta. Y elegir la propia aventura es algo que da tanto vértigo que todavía no encuentro mucha gente que se anime.
    Yo ando en eso todo este último tiempo (usted es testigo). Ojalá ande en eso usted también, Gitano. Buscando la verdad que, en el fondo del alma, hace ruido y pica, haciendo saber que existe.

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  5. Maria Jesús: un día llegará el momento de conocer Mieres, en Asturias. Y seguramente estaré lista para ese viaje cuando el momento llegue. Aprendí que la vida tiene sus tiempos, como una escuela, y nos va preparando para todo de maneras tan sutiles que a veces pasan inadvertidas.
    Que nos hayamos encontrado por acá estando a tantos kilómetros de distancia no debe ser casual. Y lo más importante de todo lo que aprendí es a disfrutar del viaje tanto como disfruto llegando a destino.
    Te mando un abrazo transoceánico!!!

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  6. Gracias, gracias, amigo iluso. Se lo extraña cuando se llama a silencio!!
    Un abrazo enorme!!

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  7. no dejo de leerte, pero estoy en una época en que me da mucha paja escribir...
    encima tengo ganas de hacer los post en audio y no escribir más...jajaja

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  8. Mieres está en Asturias. Y aunque el refrán dice "gallegos y asturianos, primos hermanos", cada uno tiene a gala su espacio. Compartimos la gaita como instrumento, aunque en idioma ellos hablan el bable y nosotros el gallego. Pero Asturias está a un tiro de piedra y Argentina...al otro lado del océano.
    Pero, no, nada es casual.

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  9. Hermosura de post. Post. Viene después. El tatuaje viene después del latigazo, de terror o de amor.

    Yo tengo tatuada la palabra "alma" en ruso, en cirílico, en mi nuca. Hubo un tiempo en que sentí que perdía tantas cosas que dije: "esto no van a poder quitármelo nunca. y no necesito verlo para saber que existe". por eso está en la nuca. A veces me rozo el alma con la mano. Esta escrita en ruso porque es una lengua de sobrevivientes (¿quién no lo es?).

    Las mariposas son mi señal de la persistencia de la vida. Me han salido al cruce, en sus más diversas formas, en las noches más oscuras. Para iluminarlas y serenarme el corazón.

    Tatuarse es intervenir un cuerpo que nos fue dado sin ser elegido y que aprendemos a elegir, aun con sus cicatrices.

    Ahora me quiero tatuar una llave dibujada por Aubrey Beardsley en un pie, para seguir abriendo puertas, aunque sea a patadas.

    Un abrazo fuerte.

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