martes, 22 de diciembre de 2009

Otros 365 días

21 de diciembre de 2009.
Mi mañana arranca volviendo a mi vieja escuela secundaria, donde entendí la palabra amistad en todo el significado de su palabra, de la mano de mi hija, de vuelta al lugar en donde tuve la primera pista de quién era yo. Primer encuentro en el hall de entrada con mi profesora de química devenida en secretaria. Dentro de mi cuerpo vuelvo a latir esos primeros dieciséis años. El amor en su primer estado, el primer contacto con el sentimiento, el poderoso amor, el doloroso amor. Ésta noche, la que precede a mi nuevo cumpleaños, es la escucha del disco chilingo, la quinta jiponeada en catorce años de historia, un día después de haberme partido el cuerpo acompañando la caminata de primer año mientras exorcizaba 36 años de vida en una tarde desde el mismo momento en que Dani me sacó de fila y me metió literalmente en el medio de todos los tambores. Wernike me pasó bajo los piés en un nuevo ritual de inicio, y ahora soy más parecida a mí que antes.

Llego al estudio una hora antes y la conversación fluye como un río en unos mates con chúker compartidos con Laura (belleza de mujer que se pregunta cosas). Los jipis van llegando (tarde, as ólueis) en orden analfabético. Entre los últimos llega Peter Pan.
Ni bien entra, el clima se agita y un ritual más está por comenzar.

Entramos al estudio previas discusiones sobre la cantidad de pizza que debemos encargar, Dani da su discurso a la pecera atiborrada de gente rara y Walter hace su gracia dando "enter" al quinto disco de La Chilinga.

Corre el vino y el reggae sale como trompada de loco y Luciana, sentada, empieza a bailar.

Reconozco mi voz ahí grabada en los coros y a mi cabeza vienen las Wailers en aquella terraza de paredes color pardo.

La música suena y lo que me importa es estar con ellos ahí escuchando lo que podemos hacer juntos.

Mi cabeza va y viene sentada sobre la madera del piso, mi cuerpo tiene huellas de cansancio. Todo este último tiempo tiene sabor a final con comienzo, como pancho con mostaza, mezclando en la boca pequeñas muertes con piel nueva. Pequeños rituales de despedida y de encuentros de ésos que me llevan a otro tiempo de mí misma, tiempo atrás.

Y a las doce de la noche recibo besos, recibo abrazos, palabras, un feliz cumpleaños cantado por celular.

Agotada, feliz, musical y liviana, vuelvo a casa y acá, en el silencio que me deja escuchar clarito el sonido de mi corazón, brindo conmigo por esta sensación tan serena de saber que el camino está latiendo por fin bajo mis piés.

Feliz, feliz cumpleaños.
Gracias.



7 comentarios:

  1. feliz feliz... tu sonrisa, tu voz, tu semblante, tu destino...

    Cumpleaños (también).

    La quiero
    Wailer2

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  2. Feliz cumpleaños, estimada (patricia, la mesera juass) le mando mucha paz, como hace muchos años por aqui ando y la se llegar un día despues del verano.
    Beshos

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  3. Feliz cumple!!! Impresionante modo de arrancar otro año de vida. Nuevo y radiante. Espero la hayas pasado super.
    Lua.

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  4. Feliz latido. bajo tus pies, dentro de tu corazon, en tu tambor y en tu voz!
    Te quiero hermosa!

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  5. Su voz en ese disco, que escuché fuera de la pecera,la portación de apellido en estos casos da cierta ventaja, suena como nunca.
    felicitaciones!!!!
    la quiero mucho
    Gra

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  6. Pues, feliz cumpleaños. Los mismos que yo, cambiando el orden de los números.

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