lunes, 12 de octubre de 2009

Reflexión profesional que se va al carajo en el último párrafo.

Soy maestra. Educadora. Más allá de que tengo un título pedorro impreso en una cartulina barata que lo certifica malamente, entiendo que todo lo que fue pasando en mi vida me enseñó, entre otras cosas, a mirar buscando el hueco, el nudo mal atado, y lograr volver la mirada del que tengo enfrente sobre sus propios actos y las consecuencias que lo rodean.

Más allá de la búsqueda individual, que es la primera, somos seres sociales. Cada uno de nuestros comportamientos tiene un efecto sobre el entorno. Lo modifica, lo afecta.

Nuestra cultura, mezcla del dramatismo fanático de los españoles con la culpa judía y el temperamento italiano, nos educa señalando lo que hacemos mal como método para que volvamos a caminar derecho. Pero no nos tiene acostumbrados al reconocimiento. El apoyo, la mano en la espalda, el "gracias" y la alegría de haber hecho algo bueno nos es dado con cuentagotas desde el principio de nuestra educación.

Yo entiendo que a pesar de que nuestro cuerpo crece y nuestro corazón se va marcando de cicatrices con los años, siempre somos los mismos. Cuando no comprendo cuál es la emoción que me embarga, cierro los ojos y la busco en mi recuerdo aquélla primera vez que la sentí cuando no levantaba más de un metro del piso. Busco aquella confusión de sentir algo dentro del pecho que todavía no tiene nombre y busco el por qué. Entonces imagino qué hubiera querido que hicieran por mí en aquél momento. ¿Un abrazo? ¿que me defendieran de lo que era una injusticia? ¿una explicación, un beso, un "no te preocupes, ya va a pasar" o "no es tu culpa, no llores"? ¿alguien que aplaudiera el hecho de que, después de intentar agotadores esfuerzos por controlar mi motricidad fina, por fin pintaba un dibujo sin salirme de las rayas del contorno?

Desde que fui chica, por alguna razón dibujada en mi cara que desconozco, de mí siempre se esperó lo mejor, se daba por sentado. Con el boletín que llegaba a casa, cuando bailé con tutú celeste y profesora alcohólica en el teatro El Globo, cuando amasé alhajeros de cerámica, cuando fracasé en todos los deportes y me colgaron los anteojos de intelectual, cuando fui girl scout, cuando escribí mi primer cuento. Solamente mi vieja supo darme siempre, a su manera tan española de decir un discurso y cerrarlo con un abrazo, ése pequeño premio, ése guiño que me fue enseñando lo tibio que se siente que al otro le guste lo que hacés, que reconozca tu entrega, tu esfuerzo.

Gracias a mi cualidad de ser esponja (y no solamente de malbec), aprendí a ser agradecida y agradecer cada vez que la ocasión lo amerita. Deformación profesional mediante (creo en la educación a través de la vivencia), ando repartiendo gracias cada vez que comparto momentos lindos, cuando me invitan a jugar, con las puertas que me abren. Y, pedonen mi hipersensibilidad manifiesta (o agradézcanla, que seguramente es lo que me permite cantar con gozo y tocar con alegría), pero la niña que soy también necesita abrazos y cariños en la cabeza.

Por eso, doy toda esta vuelta y desde la niña dolida que soy hoy, digo secándome con la manga un moco que se espianta en la cara hecha un desastre, hipando y esperando que me llame mi mamá para contarle y pedirle que le vaya a pegar:

"Pelado desprolijo, en el asado chilingo le diste las gracias hasta a los dos monos que estaban laburando en la barra (y a los que tuve que descorcharles YO, con mi sacacorchos personal que encima perdí además de la campera negra que compré el viernes, todas las putas botellas de kerosén "Don Abel" con éstas manos de sacudir masas y revolear micrófonos en tus shows) y no me dijiste ni un puto gracias. Te odio con todo mi corazón de haber perdido las figuritas de Sarah Kay en el primer recreo de la mañana."

Ya está.
Ahora pueden seguir con lo que estaban.
Yo me voy a la vereda a sufrir, sola como loca mala.


15 comentarios:

  1. Una cultura dura de gracias. Buena observación.

    Ser una educadora, yo creo que un poco se nace con esa cualidad, y claro luego seguís ese camino, lo crecés. Tenés el don y la gracia, bien por saberlos tuyos.

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  2. Llevemos al pelado a pasear por el diccionario:

    Ayer debió decirle GRACIAS por los significados Nros. 10 y 14:

    10. pl. Fórmula de agradecimiento:
    dar las gracias por algo.

    14. gracias a loc. adv. Por intervención de, por causa de:
    (ej. la interpretación tuvo acompañado un bello y dulce canto gracias a su esfuerzo).

    En virtud de que usted, cada vez que aparece acompañando a su grupo, no es más que (Significación Nº 11)

    11. mit. Divinidades, hijas de Venus que personificaban la belleza seductora.


    Siempre que la he acompañado, al final de cada mágico encuentro en armonía y sonrisa explícita, nos hemos agradecido mutuamente la GRACIA que nos imprime el mirarnos mientras armonizamos, o simplemente escucharnos en la ceremonia (Significación Nº 12)

    12. caer en gracia loc. Agradar, complacer.

    GRACIAS!
    De y por mucho que usted hace con su arte y su entrega.

    Beso solidario. Su pataleo es justo, necesario y liberador.
    Mañana será otro día en el que el pelado, seguro, se olvidará de darle las gracias (pero nunca elude convocar su GRACIA en la asistencia siempre mejoradora de su voz, Yani, sobre la música que él crea y dirige... por algo tiene una oreja más grande que su cabeza en su don de ser un músico del carajo... el don de gente, a veces le patina, evidentemente).

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  3. Y es por todo eso y a pesar de lo otro que lo quiero como lo quiero y corro a cantar cuando me llama. (Y también le dije en vivo y en directo que era un pelado desprolijo apuntándole en el medio de la nuca pelada entre las dos orejas, toda llena de coraje y "Don Abel".Y así como el me caga a pedos por mi carácter tempestuoso y me lleva a razonar y a dar una explicación en público cuando me paso con alguien de la escuela por el "lugar" que yo ocupo, necesito cagarlo a pedos cuando me hace doler.)(Hay que sacarlo todo afuera como la primavera..)

    Gracias por concederme la gracia de su voz agraciada (y su tan cálido sana-sana)

    La quiero.

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  4. buen texto, excelente imagen...
    escuchando 01 Luzbelito y las Sirenas\REDONDOS\1996- LUZBELITO

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  5. estoy de su parte, es la primera vez que me dan las gracias en público, he padecido su dolor muchos años, pero también tenga en cuenta que no siempre dar las gracias significa reconocimiento a veces es una simple formalidad....las gracias dadas con los gestos y con el comprometerse son mucho más sinceras...
    Aprovecho para darle las gracias por la ayuda brindada durante la noche de los 14.
    la quiero mucho y disfrute del viaje con los enanos...
    Gra

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  6. Muchas veces, señorita cantora, he estado en su lugar esperando que esos utilicen sus microfonos para hacerles saber que sin mi ayuda, quizas ese show/encuentro/acustico/intimo no iba a sonar igual como asi tampoco iban a llegar a realizarlo por el solo hecho de haber hecho la movida para que suceda.
    Muchas veces he esperado en vano.
    Pero tambien, como dijo alguien arriba, muchas veces los agradecimientos provienen de:
    gestos
    sonrisas
    abrazos
    risas
    respiraciones profundas
    y algunos ademanes mas.

    Claro que uno muchas veces quiere oir, pero me parece que a veces uno necesita que los demas lo oigan, siendo que uno ya lo sabe.
    Queremos oirlo o queremos que los demas lo oigan?
    Queremos oirlo o queremos que los demas digan, bien por él, mira vos, no sabía, que groso...

    En fin.
    Las gracias, muchas gracias, enormes gracias y sus parientes aparecen en muchas formas y colores.
    Basta con que uno respire satisfecho luego de su momento de colaboración para saber que hizo algo y no solo por el gracias.

    igual...

    al menos un gracias tendria que haberte dicho, jajaja

    besos colorete

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  7. No fue el amaaaaaargo trago de que no floreció lo que se espera. Fue más bien un "aia..".

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  8. Y yo no me voy a cansar nunca de decirte cada vez que te veo, cada vez que te escribo, que gracias por estar ahí, Graciela hermosa, porque es cierto que sin vos, sin tu paciencia (que a veces veo tambalear en tu mirada asesina cuando ocurre una jiponeada) esto sería una quilombo (más quilombo).
    Te quiero!!

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  9. Hace como ocho o nueve años, sensei. Pero yo soy muuuuy cabezadura. Y maestra (ciruela). Y con los años descubrí que es mejor si lo suelto, si lo digo, ahí, bang, en el mismo minuto. Después listo, ya, a otra cosa, nada de andar recordando con puntadas de bronquita que se vuelve bronquitis.
    No lo puedo evitar. Si no digo, me siento incómoda por adentro.
    Puedo quererlo en su desprolijidad porque me quiero en mi hipersensibilidad. (Qué combinación jodida...)

    Y, por sobre todo, confieso sin pudor que me da placer torturar al pelado de vez en cuando y saborear apenas una mínima venganza por todas las veces que me hace transpirar clavos antes, durante o luego de sus shows, qué tanto..

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  10. Muy bieeeeennnnnnnn! tomá pa vos.
    Esta es una manera inteligente de expresar el enojo. Cortito y al pie. Hace muy bien en buscar en esos lugares petisos. Es más, quizá tenga que hacer la reversa, buscar en el enojo de ahora la conexión con enojos de antes y poner la lupa en esas heridas para sanarla de una vez. En la terapia rara que estoy haciendo tengo encuentros con esa niña herida, con la mía, a veces son horribles (lo reconozco) pero otras veces... cuando puedo acariciarla y decirle que no fue su culpa y demases, es maravilloso.

    Saludos desde Mundo Aquilante!

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  11. Ah, agrego: no hay que esperar nada de nadie hay que saber recibir (esta es otra cosa que ando probando vio)

    hip hip viva perón!

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  12. Siga con esa terapia rara.
    Es muy parecida a la que hice yo y me fue llevando hasta acá y más allá.
    Salud, Aquilante!!

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  13. Que ese Pelado se curta, yo la reina del glamour te digo Gracias pero no por andar con el secador (esas cosas no son para nosotras) sino por ser una gran persona que lo que hace lo hace desde el corazon.

    Te paso el resumen de muchos años de amistad con el Sr Pelado (detalle que le pasé el viernes pasado por telefono)

    Querido Pelado:
    No pienso llorar 1 lagrima por el nuevo disco entonces debemos asumir que vamos a tener todos estos condimentos en los proximos dias

    -Etapa de enamoramiento: Que groso esta buenisimo!

    -Etapa de desencuentros: Escuchame no me quieras convencer de lo que no quiero convencerme!

    -Etapa de desagrecimiento: Que pelotuda otra vez me rompi el culo (bueno ya en el 5º disco si lo digo es porque amo que me rompan el culo) boluda? No entender que es una parte de todo el proceso.

    -Etapa de recordatorio: Que haces pedazo de ingrato te acordas que ese disquito donde se clavaron 300 maderitas que fue un laburo de negro y que en 2 minutos te lo uso para prender el fuego de los chorizos del Ruso, lo hice yo?

    -Etapa de registro: Gracias... tarde metetelo en el culo pero igual te quiero porque armaste una secto y estamos todos poseidos.

    -Etapa de calma(8 meses despues 50 clases de yoga, 80 formulas de las putas flores de bach): Me doy vuelta veo a los muñequitos en la cajita de madera y digo Como me gusta que lindo quedó! Y ahi querida noemi alan me digo YO MISMA GRACIAS, por poder hacer algo que me reconforte tanto y haya quedado tan lindo y digo Tomá Pelado lo pude hacer! Salte otra barrera. Y es ahi donde le agradezco yo a el por no decirme gracias.


    En dias entro en la etapa 1- entiendo tu dolor y lo comparto y muchos años pasaron para que cuando no pedí llegaron.

    Besos
    Brigitte

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  14. Briyit.. eres una diosa.

    Sólo porque ese lugar es una secta, y porque el talento del pelado desprolijo (y algún buen orixá protector)hace que una lo quiera de todos modos y que nos vuelva siempre a enamorar con sus locuras de discos y shows y canciones peruanas en sambas reggaes, se entiende que dos reinas como nosotras terminemos pasando el secador por el piso de cemento con las botas nuevas de gamuza verdes de 350 mangos!!!!
    (si eso no es amor...)
    Gracias!!!!!
    Te adoroooooo!!!!!!!

    (De todos modos, debo decirte que disfuté mucho de torturarlo con la indiferencia el sábado pasado y me di el lujo de tenerlo quince minutos haciéndome masajes en la espalda verbalizando todo tipo de incoherencias complacientes. Deberías probarlo.)

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